Cumbre Iberoamericana concluyó destacando el rol del Estado como respuesta a la crisis
Rafael Correa puso la nota discordante al marcharse del plenario en discurso del Banco Mundial.
Presidente Sebastián Piñera regresó a Chile tras la gira que también lo llevó a Uruguay.
Los líderes iberoamericanos clausuraron este sábado en Asunción su XXI Cumbre tras un debate sobre el papel del Estado en el contexto de crisis en el que el ecuatoriano Rafael Correa puso la nota discordante marchándose del plenario cuando le tocaba el turno de palabra al Banco Mundial.
Correa rehusó escuchar la exposición de la vicepresidenta para América Latina del BM, Pamela Cox, a quien dijo que debía empezar pidiendo "disculpas" por el daño que el neoliberalismo impuesto por el organismo ha hecho a América Latina y al planeta.
Sólo el presidente de Bolivia, Evo Morales, se sumó al discurso de Correa y pidió al BM resarcir a Latinoamérica, pero el anfitrión de la cumbre, el paraguayo Fernando Lugo, prefirió en la rueda de prensa final alabar la contribución que los organismos internacionales aportan a estas cumbres.
En la primera sesión plenaria de la cumbre los discursos se centraron en advertencias sobre los peligros que la crisis internacional puede traer para América Latina a pesar de que la región ha respondido hasta ahora de manera exitosa a lo que el presidente peruano, Ollanta Humala, llamó "tormenta del norte".
Su homólogo mexicano, Felipe Calderón, alertó de que el periodo de "vacas gordas" que hoy disfruta América Latina puede "terminar súbitamente" cuando bajen los precios de las materias primas que exporta a Asia, exacerbados por la especulación financiera.
Tras la gira que llevó al Presidente Sebastián Piñera a Paraguay y Uruguay, este sábado retornó al país.