Gobierno peruano buscará disminuir desigualdades a través de planificación
Salomón Lerner además señaló que su país espera alcanzar la prosperidad económica.
"El Estado debe intervenir deliberadamente en el proceso de cambio social para acelerarlo y orientarlo", señaló el presidente del Consejo de Ministros.
El Gobierno peruano tiene entre sus principales objetivos alcanzar la prosperidad económica y reducir las desigualdades en el país a través de la planificación estratégica, afirmó el presidente del Consejo de Ministros, Salomón Lerner.
"El Estado debe intervenir deliberadamente en el proceso de cambio social para acelerarlo y orientarlo en función de una imagen futura de la sociedad, de su estructura y de su funcionamiento", señaló Lerner durante la inauguración del seminario internacional "Experiencias de Planeación en América Latina y el Caribe".
Los cuatro ejes fundamentales que guían al Gobierno, según Lerner, son el crecimiento económico con inclusión social en democracia; igualdad de derechos, oportunidades y metas sociales; concertación económica y social, y el reencuentro histórico con el Perú rural.
El Ejecutivo proyectó que sus programas presupuestarios se orientarán a cumplir estas estrategias hasta 2016.
"El Estado tiene que cumplir tareas a favor del ciudadano"
Para Lerner, falta la integración de las economías de la región en un mayor nivel y señaló que éstos países posiblemente no están utilizando todo su potencial para elevar el grado de progreso.
"Nosotros reconocemos la importancia del mercado, sobre todo en el sector productivo, pero creemos que el Estado tiene tareas complementarias que cumplir a favor del ciudadano y que el mercado no logra satisfacer", sostuvo.
Lerner expresó que el crecimiento económico debe incluir el desarrollo de temas como la educación, salud, vivienda, justicia y el bienestar general.
Según el funcionario, el modelo de planeamiento adoptado por el Gobierno es concertado y tiene como centro al "ciudadano de a pie".
En Perú la pobreza se redujo en los últimos años a un 31 por ciento, mientras que la pobreza extrema (que no cubre una canasta alimenticia) alcanzó a un 9 por ciento de la población, según cifras oficiales.