Jorge González regresó en todo su esplendor al Teatro Caupolicán
En dos horas y 15 minutos puso en escena un total de 31 canciones.
Su trío soporte brilló en el acompañamiento de un cantante que también tocó piano.
Jorge González prometió dar el mejor show de toda su vida, vara muy alta para un talentoso músico que al menos puede vanagloriarse de haberse superado a sí mismo respecto de su anterior y exitosa presentación en el Teatro Caupolicán.
Si bien esta vez solamente contó con un marco de casi dos mil eufóricos asistentes, su concierto mostró una positiva evolución respecto de su puesta en escena y el aporte de sus músicos acompañantes, Gonzalo Yañez en guitarra, Pedropiedra en la batería y Jorge de la Campos en bajo.
Su arranque al piano -como gran parte del evento- encabezando una rockera interpretación de "Arauco tiene una pena" ya dejó en evidencia que se trataba de una jornada memorable, en la que el ex líder de Los Prisioneros permitió que las letras hablasen por sí solas, más que antecederlas de un profuso discurso.
Además, su banda soporte juega su propio partido, sin caer en imitaciones de Claudio Narea y Miguel Tapia, lo que termina por darle frescura a canciones que han trascendido generaciones, fiel reflejo del público que llegó hasta el Teatro Caupolicán y que en su mayoría tenía entre 20 y 30 años, y que eran muchos más que los adulto joven en cuanto a proporción.
En un set de 31 canciones sonaron "Corazones rojos", "Paramar," "Concepción", "La voz de los 80", "Brigada de negro", entre otras.
Su dedicatoria a Giorgio Jackson y Camila Vallejo
En el repertorio tampoco faltó "Por qué no se van", donde el propio González -radicado en el extranjero- al cantar esbozaba una sonrisa y se encogía de hombros. Tambien entonó "El baile de los que sobran" tras lo cual lanzó un "Grande Giorgio, grande Camila", que gatilló una ovación.
Igualmente brilló con luces propias el cover de "Pobrecito mortal", con el propio Florcita Motuda como público y receptor del cariño en su calidad de autor de la emblemática canción.
Quien también se dejó llevar por la impronta del show fue el vocalista de Fiskales Ad-Hok, Alvaro España, que desde su ubicación en el sector de palco entonó muchos de los temas de la noche.
Y es que "Fe" y "Necesito poder respirar" resultan simplemente sobrecogedoras para cualquier mortal, sobre todo para un ícono punk que vive la música a full.
Quizás el punto más bajo del recital vino luego del primer bis en una sección acústica de canciones como "Carita de gato", que fueron seguidos respetuosamente por el público, pero sin la pasión del resto del show.
Lo rescatable fue poder escuchar en vivo el inédito "Planeta cárcel", que daría paso a temas como "Pa pa pa " -que por supuesto redundó en aplausos y saludos de la gente al líder de Fiskales por su potente versión tributo a Los Prisioneros-, "Mentalidad televisiva" y "Nunca quedas mal con nadie", en medio del bailoteo generalizado.
La agudeza vino nuevamente con composiciones como "Latinoamérica es un pueblo al sur de Estados Unidos" y "Ultraderecha," en una jornada que llegó a su fin con "More than a woman", original de Bee Gees, pese a que el público pedía más.