Estados Unidos conmemora el 70 aniversario del ataque japonés a Pearl Harbor
El 7 de diciembre de 1941 los aviones japoneses bombardearon la base norteamericana.
Los sobrevivientes de aquel ataque "representan lo mejor de nuestra nación", dijo el Pentágono.
Estados Unidos conmemora este miércoles el 70 aniversario del ataque sorpresa japonés contra la base de Pearl Harbor, que motivó la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.
En un mensaje con motivo de la conmemoración, el jefe del Pentágono, Leon Panetta, dijo que los sobrevivientes de aquel ataque "representan lo mejor de nuestra nación".
El 7 de diciembre de 1941 los aviones japoneses que operaban desde una flota bombardearon y ametrallaron la estación naval y militar de EE.UU. en Hawaii en un ataque en el cual murieron más de 3.500 estadounidenses.
El entonces presidente Franklin D. Roosevelt, quien calificó el suceso como "una fecha que pervivirá en la infamia", pidió al Congreso y obtuvo la declaración de guerra contra Japón, lo cual a su vez desencadenó las declaraciones de guerra contra EE.UU. de Alemania e Italia, aliados de Japón.
El presidente Barack Obama firmó una proclamación que designa la fecha como Día Nacional de Recuerdo de Pearl Harbor e instó a todos los estadounidenses a izar la bandera a media asta en memoria de los muertos.
La tenacidad de los entonces soldados de EE.UU. "ayudó a definir la generación más grandiosa de nuestra historia y su valor fortificó a todos los que sirvieron durante la Segunda Guerra Mundial", añadió el mensaje presidencial.
"Como nación, observamos el 7 de diciembre de 1941 para recibir fortaleza del ejemplo dado por aquellos patriotas y para honrar a todos los que se han sacrificado por nuestras libertades", dijo el presidente.
Por su parte, Panetta declaró: "Nuestros enemigos creyeron que ese ataque repentino y premeditado debilitaría a Estados Unidos. En cambio lo fortaleció. Ese día realmente despertó a un gigante dormido".
Unos 416.000 militares y unos 1.700 estadounidenses (el 0,32 por ciento de la población) murieron en los cuatro años siguientes que concluyeron con la rendición de Japón después que Estados Unidos lanzara dos bombas nucleares sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki.
Japón perdió más de 2,1 millones de soldados y casi un millón de civiles murieron durante la guerra.
Sobreviven todavía unos 3.000 veteranos estadounidenses de Pearl Harbor, la mayoría octogenarios y nonagenarios a quienes Panetta agradeció "sus sacrificios, su celo ilimitado para garantizar que nuestros hijos y nietos brinden una vida mejor a la generación siguiente".