El origen de tradiciones y prácticas de Año Nuevo

En vísperas de las fiestas de fin de año y particularmente con la llegada del Año Nuevo, las personas del mundo suelen volcarse a rituales que los ayuden con la prosperidad de los nuevos 365 días que se avecinan.

Sin embargo, muchas de las personas siguen las pautas porque están socialmente instauradas y suenan de boca en boca, a pesar de que desconozcan sus orígenes.

El periodista Héctor Vélis-Meza reunió detalles y prácticas que saltan a relucir como clásicos de la fecha, explicando así que los festejos por el Año Nuevo encuentran su origen en antiguas fiestas paganas europeas dedicadas al solsticio de invierno.

Pero la influencia de la Iglesia Católica, cuando fusionó estas celebraciones con el nacimiento de Jesús, despojó a las fiestas de Año Nuevo de toda razón de ser por largo tiempo. Esto, hasta que los locales europeos resucitaron el jolgorio y la alegría a esta fecha, casi a fines del siglo XIX.

Por otro lado, ciertos pueblos primitivos pretendían reconstruir el orden a partir del caos, se permitían algunos excesos alcohólicos y sexuales, con el fin de simbolizar el desorden que ya llegaba a su fin; para finalmente proyectar su esperanza en los cambios que traerían los nuevos tiempos.

También están las prácticas más particulares, como comer 12 uvas a la medianoche del 31 de diciembre que se instauró probablemente por vitivinicultores españoles, para vender los excedentes de uva del año. O, la ingesta de lentejas, por sus calorías, vitaminas y sales minerales, que antiguamente permitían enfrentar el invierno con mejores defensas.

Además, está la costumbre de beber champán, incluso lanzársela a la cara para desearse suerte y felicidad, la cual posiblemente se haya debido a su alto costo y que, dada esta singularidad, sólo se hubiera reservado para las grandes ocasiones, como el Año Nuevo.

Revise más detalles sobre la naturaleza de las celebraciones del Año Nuevo.