Sobrevivientes de crucero italiano: "Se inclinó como el Titanic"
Al menos tres muertos es el balance preliminar de víctimas entregado por las autoridades.
La nave viajaba con más de 4.200 personas a bordo en el mar Tirreno.
"Estábamos en el caos absoluto, ninguno de la tripulación sabía decirnos qué hacer, la nave comenzó a inclinarse y todos fuimos lanzados unos sobre otros, cayendo e hiriéndonos", relató una familia italiana que se hallaba a bordo del "Costa Concordia" que anoche encalló frente a la isla de Giglio.
Al menos tres personas murieron y varias decenas han resultado heridas al encallar el barco, con 4.229 personas, en aguas de la isla italiana de Giglio, en el mar Tirreno, en la región central de Toscana, informaron fuentes de la Capitanía del puerto de Giglio.
El primer balance oficial cifró en tres las víctimas fatales confirmadas. (Foto: EFE) |
La nave efectuaba un crucero por el Mediterráneo, que salió del puerto de Civitavecchia (centro) con destino Savona (norte) para iniciar el viaje con escalas en Palermo (Sicilia), Cagliari (Cerdeña), Palma de Mallorca (España), Barcelona (España), Marsella (Francia) y regreso a Savona, según una nota de la compañía naviera.
Dos horas después de salir de Civitavecchia, hacia las 21:30 horas (17:30 de Chile, 20:30 GMT), cuando el buque estaba en las cercanías de la isla de Giglio y los pasajeros cenaban, oyeron las sirenas de varios pesqueros y silbidos de los marineros sin saber de qué se trataba.
"Fue una pesadilla, parecía el Titanic, pensábamos (que íbamos a) morir", afirmaron los italianos Silvana Caddeo, Ignazio Deidda y Mirella Corda a los medios locales, y precisaron que cuando cenaban se produjo el golpe, que propició la caída de botellas y vasos de las mesas.
Lanzándose al marA las 21:40 hora, según señalaron en su relato, desde los altavoces de la nave les dijeron que se había producido un problema eléctrico y que no se preocuparan.
"Pero la gente gritaba y los niños lloraban, en medio de la total oscuridad", afirmaron, a la vez que aseguraron que inmediatamente se dieron cuenta de que la cosa era más grave, porque el barco comenzó a escorarse hacia un lado.
Los italianos contaron cómo vieron a muchas personas arrojarse a las frías aguas del Tirreno.
Otros viajeros denunciaron que las tareas de socorro fueron muy lentas, que antes de abandonar el barco pasó una hora y media y que algunos miembros de la tripulación les contaron que el capitán de la nave sabía de la gravedad de la situación "y no hizo lo que debía".