Así es Homs, el centro de las protestas contra el régimen de Bashar al Asad
Activistas aseguran que al menos 300 personas murieron y hay más de 500 heridos.
"Ahora los ataques son más terribles", aseguran.
Este lunes una nueva nube de bombardeos, artillería pesada y terror caía sobre la ciudad de Homs, el bastión de la oposición contra el régimen de Bashar al Asad, mientras sus habitantes todavía buscaban donde enterrar la estela de muertos que dejó el violento ataque del ejército sirio el fin de semana.
Activistas aseguran que al menos 300 personas murieron y más de 500 han sido heridas, pero las cifras y la confusión se acumulan en una ciudad milenaria que dentro de Siria es sinónimo de resistencia y buen humor incluso en las tragedias.
El panorama de este lunes, sin embargo, parece haber amordazado ese espíritu: la confusión se mezcla con escenas de cuerpos mutilados mientras la gente intenta enterrar sus muertos donde pueden, en jardines o parques. La calle al cementerio ha sido cerrada y los hospitales están colapsados.
Las zonas en naranjo son las áreas donde ocurren las protestas, según activistas sirios. |
"Ahora los ataques son más terribles. Hay tanques, morteros e incluso helicópteros. Necesitamos ayuda urgente", detalló telefónicamente a la BBC Hamman, un activista del distrito de Baba Amr, donde se han intensificado los ataques.
El gobierno, de momento, desmiente la ofensiva y señala a grupos de rebeldes como los responsables, mientras que los grupos de activistas afirman que los nuevos ataques ya dejan más de quince muertos y que un hospital ha sido blanco de los morteros.
La intensificación de los ataques ocurre después de que este fin de semana China y Rusia vetaran la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, impulsada por la Liga Árabe.
El corresponsal de la BBC Paul Wood en Homs describe ataques indiscriminados y desiguales entre el ejército y los grupos de oposición.
"El llamado Ejército Libre de Siria promete una contraofensiva pero sólo tienen armas livianas, ametralladoras. No tienen respuesta cuando las fuerzas del gobierno deciden usar armamento pesado", detalló Wood.
"Un lugar donde la gente no se da por vencida"
Según los analistas los ataques también tienen otra lectura: se cumplen treinta años de un de los ataques más dramáticos en el mundo árabe, la llamada masacre de Hama, una localidad hermana de Homs donde el padre de Bashar, Hafez al Asad, envió al ejército para reprimir una creciente oposición.
La cifra de muertos, entre 20.000 y 25.000, enmudeció durante años a los pueblos agricultores de la ribera del río Orontes, incluido Homs, pero no acabó con su reivindicativo tejido social.
"Homs se ha mantenido al margen de las divisiones sectarias, siempre ha conservado una cohesión social, una fuerte identidad local que le ha permitido desafiar al régimen. Siempre ha sido una fuente de inspiración para muchos críticos del régimen", explicó a la BBC Peter Harling, director del proyecto Irak, Siria y Líbano en el Grupo Internacional de Crisis.
Rime Allaf, experto en Siria del Chatham House, va más allá y sostuvo que "Homs es un lugar donde las personas no se dan por vencidas".
Homs siempre ha sido un lugar de luchas y resistencias. Desde su retomo pasado griego cuando se llamaba Emesa y en sus tierras agrícolas se desarrollaban batallas épicas como la del faraón Ramsés II y el Imperito Hitita (1254 a.c.), hasta su oposición a la invasión otomana o su pulso eterno con Damasco.
A comienzos del siglo XX Homs era parte del Estado de Damasco en el mandato francés. Sus líderes y sus revueltas fueron decisivas para la independencia.
Tras la mecha de la primavera árabe
La Homs de hoy, nombre tomado de un barrio musulmán, es un centro agrícola e industrial que no llega al millón de habitantes pero que dentro del país tiene fama por su espíritu combativo.
Ese espíritu quedó tocado en abril del año pasado cuando cientos de personas se congregaron en la plaza de la Torre del Reloj para protestar contra el régimen de Al Asad. Los aires de la Primavera árabe prendieron la mecha rápidamente así como la respuesta del gobierno: el ejército disparó a la multitud provocando más de 50 muertes y decenas de heridos.
"Esa noche fue un punto de inflexión en la historia de Homs. La gente fue con tiendas de campañas y comida, preparados para enfrentar gases lacrimógenos. Pero lo que recibieron fue balas", detalló Allaf.
El experto subrayó que desde el gobierno se creyó que las protestas quedarían zanjadas pero lo que hizo fue alimentarlas. Un hecho significativo es que muchos soldados desertaron del ejército sirio y se atrincheraron en Homs, apuntó.