Investigadora inglesa: Caso de Daniel Zamudio debe abrir el debate hacia la diversidad
Caroline Moser afirmó en Cooperativa que debe ayudar a pensar en la implicancias sociales.
Investigadora Marisol Saborido aseveró que "la violencia se tiene que desmontar".
La investigadora de la Universidad de Manchester Caroline Moser afirmó en Lo Que Queda del Día que el "horrendo" caso de Daniel Zamudio, el joven agredido por ser homosexual, debe abrir el debate hacia la diversidad.
Moser sostuvo que es un caso "horrible" que "da la oportunidad de abrir un espacio para tener un debate público sobre diversidad, identidad y estos asuntos".
"Tenemos que pensar que el horror público genera un debate más fuerte y la gente tiene que pensar mucho más en las implicancias de la sociedad", enfatizó.
Por su parte, la investigadora de Sur Corporación Marisol Saborido manifestó que "la violencia se tiene que desmontar, se tiene que desagregar", porque "la violencia en Santiago de Chile tiene implicancias en términos de lugar. No es lo mismo vivir en un lugar que en otro".
Moser presentó el estudio "Entendiendo el punto de inflexión del conflicto urbano. Violencia, ciudades y reducción de la pobreza en los países en desarrollo", del cual aseveró que Santiago tiene niveles de violencia mucho más altos de lo que se imagina.
"Pensamos de Santiago como una ciudad sin mucha violencia", pero "aunque los niveles de homicidio son muy bajos, los niveles de violencia, en la calle y en la casa, son más altos de lo que hemos pensado", afirmó la académica.
Moser recalcó que "hay una relación muy fuerte entre inequidad" y con ello "hay violencia no solamente en la clase pobre, en la clase popular, sino que también en la clase alta".
Violencia en la familia
La investigadora inglesa sostuvo que "en todas las clases, un tipo de violencia que es muy, muy fuerte es la violencia dentro de la familia. No estamos hablando solamente de violencia contra la mujer, sino que también hay otros tipos de violencia como entre padres y sus hijos, entre jóvenes y sus madres".
Marisol Saborido añadió que "los papás y mamás están tan empeñados en tratar de generar ingresos para resolver las necesidades y mejorar la calidad de vida de sus familias", pero "se pierde la conexión con los hijos y las hijas".
"Eso deviene violencia porque ya no hay una relación cercana y entonces los chicos y las chicas tienen una desconexión con estos padres que llegan cansados a las casas y por lo tanto se irritan fácilmente", advirtió.