Economista: No hay evidencia de que subir el salario mínimo aumente la cesantía
El argumento obedece a "variables políticas", dijo en Coopertiva el investigador Marco Kremerman.
Hoy más de un millón de chilenos gana el mínimo o menos y ni siquiera cubren la línea de la pobreza familiar, resaltó.
Marco Kremerman, economista de la Universidad Católica e investigador de la Fundación Sol, que se aboca a temas relacionados con los derechos laborales y la sindicalización, afirmó este miércoles en El Diario de Cooperativa que no existe evidencia categórica de que subir el sueldo mínimo provoque aumento en la cesantía, por cuanto responde a motivaciones "políticas" el que se use siempre este argumento para rechazar el alza, como ha quedado de manifiesto al retomarse esta discusión en Chile en los últimos días.
"Siempre el argumento ha sido el mismo: que puede afectar el empleo, en particular de la pequeña empresa, sin embargo, cuando uno revisa la evidencia empírica -los estudios existen disponibles a nivel mundial y en Chile- se encuentra con que no hay evidencia empírica contundente que demuestre que afecta al empleo", dijo Kremerman.
El experto dijo que Chile no tiene la legislación laboral de un país democrático. (Foto: UPI) |
El experto reconoció que la situación podría producirse "cuando tenemos grandes aumentos en el salario mínimo en momentos de contracción económica, pero eso sólo ha ocurrido en dos años durante los últimos 22 años: el año 99 y el año 2009", indicó.
Este sentido, "si el argumento siempre es el mismo, es porque aquí hay otras variables, que son las variables políticas que están detrás del no reajuste o del reajuste tan bajo, que sitúa al salario mínimo hoy en 182 mil pesos, lo cual sólo corresponde al 62 por ciento de una línea de la pobreza familiar, que llega a cerca de 293 mil pesos".
"Hoy día son más de un millón de personas las que ganan el mínimo o menos del mínimo, y una persona que hoy gana el mínimo ni siquiera puede cubrir una línea de la pobreza. Hay 500 mil trabajadores pobres en términos específicos; personas que trabajan 45 horas a la semana y son pobres", resaltó el experto.
Chile tiene el peor escenario
En el contexto de la celebración del Día de los Trabajadores y del llamado de la CUT a subir el sueldo mínimo a 250 mil pesos, Kremerman indicó que "también es bueno poner sobre la mesa nuestro modelo de relaciones laborales, que es bastante anacrónico. Estamos bastante lejos -en términos de legislación comparada- de lo que es un país democrático, que reconoce los derechos colectivos de los trabajadores".
En el año 1979 la dictadura impuso un plan laboral que "cercenó y llevó casi a la idea de un delito" las reivindicaciones laborales como la negociación colectiva y derecho a huelga.
A consecuencia de esto, "los trabajadores tienen nula posibilidad de disputar la repartición de utilidades que se genera en las empresas. Por esto el fruto del crecimiento de Chile, que ha promediado anualmente más de 5 por ciento en los últimos 20 años, queda concentrado en pocas manos. Los trabajadores no tienen poder para conseguir que la distribución sea más justa", explicó.
Kremerman consideró además que la manera en que se fija el salario mínimo en Chile, con una negociación en el Congreso y una consulta "testimonial" a los trabajadores "es uno de los mecanismos más ineficaces en términos de distribución de ingreso".
En resumen, "estamos en Chile en el peor escenario" en materia laboral, "y es importante reconocerlo y avanzar en lo que nos está recomendando la Organización Internacional del Trabajo", concluyó.