"Marcha del Silencio" exigió justicia para víctimas de dictadura uruguaya
Manifestación recuerda secuestro y asesinato de cuatro legisladores.
En sepulcral silencio, 4.000 personas caminaron por las céntricas calles de Montevideo.
La "Marcha del Silencio" con la que los defensores de los derechos humanos de Uruguay recuerdan desde 1996 a los detenidos desaparecidos durante la dictadura (1973-1985) y piden justicia por esos crímenes congregó una menor afluencia de manifestantes que años anteriores.
Unas 4.000 personas comenzaron la marcha por la Avenida 18 de Julio de Montevideo, la principal arteria de la ciudad, en una tarde lluviosa y desapacible, portando fotografías de los desaparecidos y en un silencio sepulcral.
La marcha de este año, encabezada como siempre por la Asociación de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, tuvo como lema "Los vamos a encontrar. Por un futuro sin impunidad, verdad y justicia".
Según explicó a EFE el embajador uruguayo ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Milton Romani, que acudió a manifestarse de forma anónima como hicieron bastantes representantes del Gobierno uruguayo, el Parlamento y el oficialista Frente Amplio, la "Marcha del Silencio" es "una convocatoria que renueva el compromiso que los uruguayos tienen con la defensa de los derechos humanos".
Romani apuntó que "la deuda con los compatriotas desaparecidos", que aún mantiene la democracia uruguaya, es la que impulsa a la población a seguir saliendo a la calle "para honrar su memoria" y pelear por unos "derechos humanos fundamentales para la democracia".
Las víctimas del 20 de mayo
La "Marcha del Silencio" recuerda el asesinato el 20 de mayo de 1976 de los legisladores Zelmar Michelini, del izquierdista Frente Amplio, de Héctor Gutiérrez Ruiz, del Partido Nacional, y de los militantes de la guerrilla tupamara Rosario Barredo y William Whitelaw.
Los cuatro fueron secuestrados en Buenos Aires antes de ser asesinados, un crimen por el que ya fueron procesados y condenados el exdictador Juan María Bordaberry, ya fallecido, y su entonces ministro de Asuntos Exteriores, Juan Carlos Blanco.
Cifras oficiales sitúan en 37 las personas desaparecidas en la dictadura, mientras que organizaciones de defensa de los derechos humanos apuntan que son más de 200.