Aumento de la caza lleva a los elefantes a su crisis más grave
Esta práctica, ligada al comercio ilegal, alcanzó su máximo en 2011.
Se calcula que decenas de miles de ejemplares pueden haber sido asesinados.
Los elefantes africanos enfrentan su crisis más grave en más de dos décadas por el fuerte aumento de la caza furtiva para el comercio ilegal de marfil, que alcanzó un máximo histórico en 2011, cuando "decenas de miles" pueden haber sido asesinados para hacerse con sus colmillos.
Así lo denunció hoy el organismo que gestiona la Convención Internacional de Especies Amenazadas (CITES), en base a información comunicada por los gobiernos involucrados.
Según esos datos, los decomisos de marfil alcanzaron el año pasado su nivel más alto desde 1989, con 14 operaciones de gran escala en las que se incautaron un total de 24,3 toneladas, más que cualquier año anterior.
Además, los datos indican que tres de los cinco años de mayores confiscaciones de la historia correspondieron a 2009, 2010 y 2011, lo que demuestra la importancia de aumentar la capacidad de represión de la caza ilegal y en toda la cadena de distribución, opinó el secretario general de CITES, John Scanlon.
Un sistema de vigilancia creado por la CITES para seguir la evolución de las poblaciones de paquidermos indica que su caza furtiva ha aumentado en todos los países en los que hay elefantes en estado salvaje, lo que claramente puede llevar a una fuerte disminución de ejemplares.
La situación más alarmante se registra en África central, donde la captura ilegal es más elevada, aunque también hay evidencia de que va en aumento la caza furtiva de elefantes en Asia.
En Asia, la población total de elefantes se calcula entre 30.000 y 50.000 animales, lo que apenas es el 10 por ciento del rango histórico.