El falso león y otros intrépidos animales que se dieron a la fuga

 

 

 

"De repente, vimos a un felino muy grande sentado a lo lejos. Nos miraba a los ojos.... Lo primero que pensé fue: es un león".

Palabras más palabras menos, éste fue el relato que Bob Martin le hizo a la policía del condado de Essex, en el este de Inglaterra, después de avistar a un supuesto animal salvaje merodeando el lugar en el que se hallaba de vacaciones.

Para tranquilidad de los residentes locales, un llamado telefónico del zoológico de la zona confirmó que ningún felino faltaba en el inventario y un portavoz del circo que había pasado por allí aseguró que todos sus animales estaban en sus jaulas.

Aunque sin pruebas contundentes, los operativos policiales para dar con su paradero no se hicieron esperar. Pero a los pocos días, sin rastros del "león" (que más tarde se confirmó que era un gato grande), la operación fue cancelada.

"La verdad es que, al menos en Reino Unido, es muy raro que en un zoológico se produzcan fugas de grandes felinos", le dijo a BBC Mundo Anthonty Tropeano, director del zoológico de Colchester, en el este de Inglaterra.

Pero, al menos en otras partes del mundo, lo cierto es que algunos animales -felinos o no- se fugan.

A continuación, le presentamos algunas de las huidas más curiosas que ocurrieron en los últimos años.

1. Con ayuda de sus "colegas"
Una de las más recientes tuvo lugar en el zoológico de Edimburgo, en Escocia. La fugitiva fue una tresquiornitino -conocida comúnmente como ibis- de dos años.

Gracias al rojo intenso de su plumaje, no fue difícil localizar a esta ave oriunda de América del Sur sobrevolando la ciudad. Atraparla fue otra historia.

Tardaron una semana en convencerla de los beneficios de la vida en cautiverio con una trampa casera que contenía una mezcla de almejas, camarones y sus gusanos favoritos.

Sus cuidadores no saben a ciencia cierta cómo se escapó de la jaula, que comparte con otras seis aves de su especie y 36 flamencos, pero creen que lo hizo a través de un agujero en la red del techo, obra de una ardilla traviesa.
2. Canguros en acción

Otros que lograron huir con ayuda de cómplices fueron tres canguros en un zoológico de Alemania.

Los tres se escaparon de su corral cuando descubrieron el agujero que había excavado un zorro, debajo de uno de los cercos.

Dos de ellos continuaron la aventura: tras recorrer todos los sectores del parque hallaron otro agujero más, en esta ocasión creado por un jabalí salvaje, y se marcharon sin más ni más.

A uno lo atraparon y, del otro, aún no hay noticias.

3. Salto en alto

A quien tampoco le faltó habilidad ni destreza a la hora de marcharse fue al pingüino 337. Para escaparse del acuario de Tokio, este pingüino de la especie Humboldt, que habita la costa del Pacífico desde Perú hasta Chile, tuvo que saltar un muro de piedra del doble de su altura.

Su huida pasó desapercibida hasta que el director de un zoológico vecino lo vio nadando tranquilamente en la Bahía de Tokio.

Alertó a su colega por email y ahí empezó la cacería.

Después de dos meses de persecución intensa pudieron atraparlo. Al parecer, este ejemplar de un año se las arregló para encontrar alimento y defenderse de sus depredadores sin problemas: luego de una revisión exhaustiva, los veterinarios determinaron que su estado de salud era óptimo.

4. Yvonee, inteligente como ninguna

Pero quien se lleva el premio por tener la suficiente astucia para huir a tiempo, es Yvonne, la vaca alemana que desafió a la muerte huyendo a toda prisa antes de que sus dueños la enviaran al matadero.

Después de un proceso de engorde de seis años, la vaquillona pareció intuir que le había llegado la hora de transformarse en asado, destruyó el alambrado eléctrico que la rodeaba y se fue a pastar al bosque de al lado.

Ni la proximidad de su hermana Waltraut, ni otros trucos que emplearon lograron hacerla regresar a la granja.

Harto ya de intentar hacerla volver por las buenas, su dueño dio permiso para que los cazadores del lugar le dispararan a matar si tenían la suerte de encontrarla.

Esto enfureció a los defensores de los derechos de los animales -para quienes el rumiante se había convertido en un símbolo de la lucha por la libertad- que ofrecieron una recompensa para quien la hallara viva.

Dejamos la historia en este punto, para no hacerla demasiado larga, pero conste que en los tres meses que duró su persecución y captura, un vidente trató de establecer contacto telepático con ella, un tabloide alemán llegó a ofrecer US$12.500 por su cabeza y un toro llamado Ernst fue utilizado como carnada para implorar su regreso.

Después de 90 días de jugar a las escondidas en el bosque, Yvonne fue a parar a un santuario de animales en Salzburgo -que la adquirió por US$750 y prometió cuidarla y alimentarla hasta el fin de sus días.

5. Las terroríficas iguanas cubanas
Y, finalmente, para dejar en claro que la fuga de animales es un problema de larga data, citamos un extracto del New York Times fechado el 20 de julio de 1908:

"El pánico se apoderó del zoológico del Bronx cuando dos gigantescas iguanas, llegadas la semana pasada de Cuba, se escaparon de su jaula. Aunque no son venenosas, estos son los reptiles más temibles de todo el zoológico. Su aspecto es lo suficientemente horrible como para aterrar a cualquiera".

La odisea duró poco: después de seguirlas red en mano por una hora, los guardas las atraparon y las llevaron nuevamente a su jaula.