Niña paquistaní lleva dos semanas presa tras ser acusada de blasfemia
Rimsha Masih, de 12 años y que padece una discapacidad mental, supuestament quemó páginas del Corán.
Un religioso que la acusó fue detenido el fin de semana y está acusado de falsear pruebas.
Rimsha Masih, una niña paquistaní de 12 años y que padece una discapacidad mental, lleva dos semanas presa tras ser acusada de haber quemado unas páginas con escritos del Corán.
El abogado de la menor, Tahir Navid, confía en que durante el transcurso de esa semana la joven acceda a una libertad bajo fianza, sobre todo luego de que el caso diera un vuelco al ser detenido el imán que instigó la acusación.
El religioso, Jalid Yadun, fue arrestado ayer -y encarcelado en la misma prisión que Rimsha- después de que un testigo afirmara a la policía que el hombre falseó las pruebas de la presunta blasfemia cometida por la niña.
"Ya hay suficientes evidencias para liberar a la niña, por lo que es muy probable que el tribunal dicte la libertad condicional", afirmó el presidente de la Liga Interconfesional de Pakistán, Sajid Ishaq, tras reunirse con el abogado de Rimsha.
El caso ha generado revuelo tanto dentro de Pakistán como entre organismos internacionales. |
El tribunal de Islamabad que ve el caso tenía previsto decidir hoy sobre la petición de fianza de la menor, pero una protesta de los funcionarios del juzgado por temas laborales obligó a suspender la vista y aplazarla al próximo viernes.
Según un ayudante de Yadun, este puso páginas arrancadas de un Corán entre las cenizas de unos papeles que Rimsha Masih quemó en su casa con la intención de dar fuerza a las acusaciones contra la menor.
El imán permanece en prisión preventiva y ha sido acusado tanto por el falseo de pruebas como por blasfemia, ya que se considera que menospreció los textos sagrados al arrancarles hojas que arrojó entre un montón de cenizas.
Debate abiertoEste caso ha vuelto a poner en la palestra la estricta y ambigua legislación paquistaní contra la blasfemia, que prevé condenas muy duras, e incluso la pena de muerte para los casos extremos, aunque nadie ha sido ajusticiado en Pakistán por blasfemia.
No es habitual que se encauce a los falsos acusadores incluso cuando las evidencias apuntan claramente en su contra.
Tras las acusaciones y el ingreso en prisión de Rimsha Masih se ha sucedido las manifestaciones de condena tanto de sectores de la sociedad paquistaní como de organismos internacionales y de algunos gobiernos extranjeros.
El presidente paquistaní, Asif Alí Zardari, también expresó tras la detención su preocupación por el mal uso de la legislación antiblasfemia y ordenó una investigación oficial sobre el caso.