La herencia que deja Raquel Correa
Entre sus mayores galardones recibió el Premio Nacional de Periodismo en 1991.
Conducía el programa del histórico episodio del dedo acusatorio de Ricardo Lagos en 1988.
La destacada periodista Raquel Correa, fallecida este lunes a causa de un paro cardiorrespiratorio, tuvo una larga trayectoria profesional, tanto en radio, televisión y medios escritos.
Entre los mayores galardones que logró, en 1991 fue reconocida con el Premio Nacional de Periodismo, además del premio Embotelladora Andina en 1987, el Premio del Consejo Mundial de Educación (1982) y la "Distinción 75 años de Radio Cooperativa" en el área Periodismo y Libertad de Expresión en 2010.
Raquel Correa, que nunca quiso confesar su edad, cursó sus estudios en la Universidad de Chile y se inició profesionalmente en el programa Apuntes de Radio Minería, como también en la radio de la Universidad de Chile y en la revista Entretelones.
Posteriormente se desempeñó como colaboradora en la agencia Prensa Latina y como reportera en revista Vea, donde trabajó entre 1961 y 1975, llegando a ser jefa de informaciones, subdirectora y directora.
Cuando en televisión chilena se emitía "A esta hora se improvisa", junto a Carmen Puelma y otras reporteras crearon en Radio Cooperativa el programa "Las mujeres también improvisan", en el que entrevistaban a un personaje los días sábados, entre quienes se contó al Presidente Salvador Allende y otros personajes políticos de la época.
Más tarde se hizo cargo de la sección de entrevistas del diario La Tercera, con sus recordada "Entrevista del Domingo", que se transformó en toda una institución, para emigrar luego, en 1981, a El Mercurio.
El dedo acusatorio de Lagos
Con motivo del plebiscito de 1988, en paralelo a su labor en el citado medio, retornó a la televisión a trabajar en el programa de debate en vivo "De Cara al País" de Canal 13, donde ocurrió uno de los sucesos más célebres de esa etapa política: el dedo acusatorio de Ricardo Lagos a Pinochet.
El presidente del PPD en aquella época, habló con firmeza y realizó el gesto que lo catapultó en los medios, hecho sobre el cual Raquel Correa recordó que "vivirlo al frente de él fue bien tremendo. En pleno gobierno militar... él nunca había ido a la televisión".
En 1989 comenzó uno de los cinco encuentros con Augusto Pinochet, los que pasarían a integrar luego el libro "Ego sum Pinochet", en coautoría con su amiga y también periodista Elizabeth Subercaseaux, que llegó a ser best seller en 1989.
La entrevista de Raquel Correa fue el último programa televisivo en el que hizo aparición, para dedicarse exclusivamente a El Mercurio, a su entrevista dominical del cuerpo D, labor que desempeñó hasta marzo de 2009, cuando decidió desvincularse del diario por problemas de salud provocados por tensiones laborales.