Mo Yan se quedó con el Premio Nobel de Literatura 2012
Sus obras más destacadas son "Sorgo rojo" y "Pechos grandes y caderas amplias".
Superó a más de 200 escritores que aspiraron este año al premio.
El escritor chino Mo Yan fue reconocido este jueves con el Premio Nobel de Literatura 2012, superando a otros favoritos como japonés Haruki Murakami y el holandés Cees Nooteboom.
El galardonado "cuyo realismo alucinatorio mezcla cuentos floklóricos, historia y lo contemporáneo" es conocido en occidente por ser el autor de "Sorgo rojo", que junto a una segunda publicación entregaron la esencia para la película de 1987 del mismo nombre, adaptación que estuvo a cargo del reconocido cineasta Zhang Yimou.
En 2011, quien se quedó con el premio fue el sueco Tomas Tranströmer, mientras que el último ganador de habla hispana fue el peruano Mario Vargas Llosa, quien se hizo con el reconocimiento en 2010.
Un total de 210 escritores, de los que 46 no había sido candidatos antes, aspiraron este año al premio, según dio cuenta la Academia Sueca.
Vida
Nacido en 1955 en una familia de granjeros, abandonó los estudios en quinto grado debido a la Revolución Cultural. Tras trabajar en el campo y después en una fábrica durante sus años de adolescencia y primera juventud, en 1976 se enroló en el Ejército chino.
Comenzó a escribir cuentos en 1981 y en 1984 se matriculó en la Academia de Arte del Ejército.
Un año después de graduarse, en 1987, publicó "Sorgo Rojo", que le lanzó a la fama. Dos años más tarde vendría "Tiantang suantai zhi ge" ("Las baladas del ajo").
La que él considera su obra más conseguida, "Pechos grandes y amplias caderas", se publicaría en 1995.
Dos años más tarde abandonó las Fuerzas Armadas y comenzó a trabajar como editor de periódico, aunque ha seguido escribiendo novelas, como "Tanxiang xing" ("La tortura del sándalo", 2001) o "Wa" ("Rana"), de 2009.
Visión
Se llama en realidad Guan Moye, pero adoptó su seudónimo ("No hables", en mandarín) en su primera novela.
Mo, que se hizo adulto durante la Revolución Cultural china, cuando el afán intelectual se convirtió en algo sospechoso, ha explicado en ocasiones anteriores que eligió su seudónimo porque tenía fama de ser directo al hablar y quería recordarse a sí mismo que no debía decir demasiado.
Otros, como el también escritor chino Ma Jian, le critican precisamente por no defender a otros autores o intelectuales que se han visto perseguidos.
Pero sí es cierto que goza de enorme fama en su país, además de ser uno de los autores chinos más conocidos y traducidos, también lo es que en ocasiones ha sido víctima de la censura.
A raíz de su novela "Fengru feitun" ("Pechos grandes y caderas amplias"), de 1995, que causó polémica en China por su contenido sexual, el Ejército chino le forzó a escribir una autocrítica y Mo tuvo que retirar su obra de la circulación.
El flamante premio Nobel asegura que nunca se preocupa de la censura cuando decide los argumentos de sus novelas. "Siempre hay ciertas restricciones a la escritura en cada país", declaraba en 2010 a la revista Time, antes de agregar que esos límites podían representar en realidad una ventaja al forzar al autor a "ceñirse a la estética de la literatura".
Preocupación por lo rural
En su caso, Mo opta por recrear un mundo rural -el de Gaomi, la localidad en la provincia de Shangdong que le vio nacer- anclado en el tiempo y salpicado de más de un toque del realismo mágico que popularizó Gabriel García Márquez, el humanismo de William Faulkner o la sátira de Lu Xun (el padre de la literatura moderna china), algunas de sus grandes influencias.
Versátil y prolífico -escribió su novela "Shensi pilao" ("La vida y la muerte me están desgastando") en solo 43 días-, su registro alcanza desde la novela romántica histórica ("Sorgo Rojo") a la sátira de "Pechos grandes y amplias caderas".
En los últimos días se habían sucedido en China los rumores sobre la posibilidad del galardón, el primer Nobel a un escritor chino radicado en su país, ya que Gao Xijian lo obtuvo en 2000 pero entonces residía en Francia y tenía nacionalidad francesa.
Seguidor del consejo que se dio a sí mismo al elegir su seudónimo, Mo ha optado por el silencio estos días.
En ocasiones anteriores ya había advertido que no diría nada en un caso así. "Una vez que dijera algo, me atacarían, como muchos han criticado a los escritores chinos por la ansiedad en torno al Nobel", aseguraba.