Evo Morales aseguró que EE.UU. "conspira cada hora" contra Bolivia
El mandatario dijo que Washington ha declarado "una guerra permanente" contra sus reformas.
Esto es una reacción "al proceso de descolonización, de destetamiento", indicó.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, afirmó que Estados Unidos ha declarado una "guerra permanente" y conspira "cada hora" contra el proceso de cambio que él lidera en su país, porque éste ha comenzado a "liberarse" de su dependencia.
"Estados Unidos nos ha declarado una guerra permanente al proceso de cambio", dijo Morales en un discurso en la ciudad oriental de Santa Cruz, durante un acto organizado el sábado con la embajada de Cuba para homenajear a cientos de médicos bolivianos graduados en la isla.
Según Morales, la "guerra" contra sus reformas se constata en los informes de Washington sobre el terrorismo, narcotráfico, derechos humanos e inversiones que cada vez son contrarios a su Gobierno.
"Estos informes son una venganza frente al proceso de descolonización, de destetamiento de los Estados Unidos", dijo.
Bolivia ya no puede estar "como un bebé lactando" de la potencia del norte, siendo un país rico en recursos naturales, añadió el gobernante en respuesta al departamento de Estado norteamericano, que calificó como "no constructivas" para las relaciones bilaterales sus palabras del viernes, cuando dijo que en Bolivia "tener relación con la embajada de EE.UU. es como una caca".
Histórica reivindicación
Morales aseguró que Washington "cada día, cada hora, cada semana, cada mes conspira" contra las reformas porque aún no perdona a Bolivia, según dijo, que haya nacionalizado el sector petrolero para mejorar su desarrollo económico y tener una autonomía política.
Agregó que durante más de 50 años Estados Unidos logró imponer una "relación asimétrica, irrespetuosa (...), abusiva, dominante y hegemónica" para alinear a Bolivia con sus políticas.
También sostuvo que se siente orgulloso de haber expulsado en 2008 al embajador estadounidense Philip Goldberg porque, su juicio, promovía un enfrentamiento interno y la fragmentación de Bolivia como ocurrió en la antigua Yugoslavia.
Denuncias de Morales similares han sido rechazadas varias veces por Estados Unidos, país con el que Bolivia no tiene desde ese año relación a nivel de embajadores aunque en 2011 firmaron un convenio para avanzar en ese sentido, sin resultados hasta ahora.
La comparación de la relación con la embajada estadounidense en La Paz con la "caca" provocó críticas de opositores y analistas.