Obama recuperó terreno en el segundo debate presidencial frente a Romney
El presidente que busca la reelección se mostró más agresivo que en el primer foro.
Por fin apareció el tema de la inmigración, tema prioritario para los votantes hispanos.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, presentó una imagen completamente diferente y tuvo un desempeño muy superior que en el primer debate que sostuvo con su rival y candidato republicano, Mitt Romney.
En el primer cara a cara, Obama lució desmotivado y desconcentrado y, en la opinión consensuada del público, la prensa y los analistas, Romney fue el claro ganador de ese enfrentamiento que lo impulsó a cerrar la brecha que había abierto el mandatario en los sondeos de opinión de varios estados clave para la victoria electoral.
Sin duda el presidente Obama tomó a conciencia la crítica y respondió con firmeza y certidumbre resaltando los logros de su gobierno y cuestionando las propuestas de su rival.
Pero el ex gobernador Romney no aflojó tampoco y sacó a relucir lo que consideró fallas del gobierno. Por momentos, el debate parecía que se acaloraba demasiado.
Otra diferencia que surgió en este encuentro fue que se abordó el tema de inmigración, que es prioritario para el electorado latino.
Energía desde el comienzo
El formato de este debate en la Universidad Hoftstra de Long Island, Nueva York, fue al estilo de foro abierto con un pequeño público presente. Los organizadores invitaron a 82 votantes indecisos que formularon sus propias preguntas y estuvieron cerca de ambos candidatos para sentir que se les respondía personalmente.
Se esperaba que ambos participantes tendrían que proyectar un equilibrio entre lanzar ataques medidos contra el rival al tiempo que evitaban demasiada negatividad que pudiera alienar a los presentes y a millones de estadounidenses viendo el debate por televisión.
A pesar de esto, las chispas empezaron a saltar desde el principio.
Para empezar, Obama salió mucho más animado, sin detenerse en saludos ni agradecimientos, con un lenguaje corporal firme y enumerando con elocuencia sus logros y sus planes. Sembró dudas inmediatas sobre las declaraciones de Romney y las estrategias que plantea de ser elegido.
Romney no se quedó atrás y enfrentó directamente al presidente, acercándose a él y desafiándolo sobre su política energética y los crecientes precios de los combustibles. Cuando Obama quiso responder, Romney lo cortó diciéndole: "Usted tendrá su oportunidad en un momento".
Por su parte, el presidente logró generar una risa de aprobación cuando replicó a las propuestas económicas de Romney con: "Él nos quiere llevar al mismo desastre de antes".
Si el tipo de debate fue diferente los candidatos no se sintieron maniatados. La moderadora Candace Crawley, de CNN, tuvo que ser enérgica para mantenerlos ajustados al límite de tiempo y, aunque no podían desviarse mucho de los temas porque estaban contestando preguntas directas del público, buscaron cómo completar los temas que no habían podido terminar antes.
Estos temas se concentraron al comienzo en temas de educación, economía, empleo, energía, impuestos, derechos iguales para las mujeres, inmigración y, al final, política exterior que incluyó relaciones con China y el mundo musulmán en el marco de los recientes ataques contra las misiones diplomáticas de EE.UU. en el norte de África.
Contraste
"Fue un contraste absoluto respecto al debate anterior. Obama estaba muy concentrado y enfocado en los argumentos que quería esgrimir. Romney me pareció un poco agitado de que no estaba trasmitiendo sus ideas como quería", le comentó a BBC Mundo Eric Hershberg, profesor de Gobierno y Estudios Latinos de la Universidad Americana en Washington.
El académico sostuvo que Obama logró plantear el caso de que su agenda es de oportunidad. La idea no estuvo contenida en una sola respuesta pero era la columna vertebral de todo lo que habló en la velada. "No creo que forjó el mejor de los argumentos pero definitivamente lo hizo mejor que la vez pasada", comentó.
Esa es la sensación general que se tuvo en el transcurso del debate en Nueva York.
Israel Ortega, editor de Heritage Libertad, la página en español del Heritage Foundation, un centro de análisis conservador, concuerda en que el presidente salió mucho mejor librado.
"El presidente se vio obligado a hacerlo tras la pésima actuación que tuvo la vez pasada", afirmó Ortega.
"Aún así, hubo muchas preguntas sobre qué haría el presidente en un segundo mandato y sus respuestas no quedaron muy claras y eso es lo que está pidiendo el electorado", continuó.
El profesor Hershberg coincide en que el argumento más fuerte de Romney fue ese -el mismo que hizo en el debate anterior- en el que sacó a relucir que hace cuatro años Obama prometió una serie de cambios que no se han cumplido. Sin embaro, esta vez -señaló Hershberg- Romney no logró plantear su mensaje tan bien pues tenía un rival enfrente que esta vez sí estaba conectado y decidido a enfrentarlo.
Por fin la inmigración
Una de las promesas que definitivamente Obama no cumplió fue la reforma migratoria y ese tema, por fin, se discutió en debate. El asunto emergió al comienzo del evento como un comentario de pasada sin mucho enfrentamiento, pero luego se trató en detalle.
Romney quería sacar ventaja de la falta de progreso con respecto a la reforma y Obama no respondió explícitamente sobre la férrea oposición del Partido Republicano a ese proyecto de ley. Pero donde el presidente se sacó una espina fue al plantear la política de autodeportación de 11 millones indocumentados por la que aboga Romney.
"Obama puso el tema sobre la mesa y Romney no respondió y allí el candidato republicano perdió una oportunidad. Ese es un ejemplo entre muchos que demuestran que Romney no se lució en este debate de la misma manera en que Obama no lo hizo la vez pasada", expresó Eric Hershberg.
"Eso es muy importante, pues los números arrojados por las encuestas entre latinos están guiados por el tema migratorio. Obama lidera en esa comunidad tres a uno y ese es un problema muy grande para Romney", indicó el experto en temas latinos.
Para Israel Ortega, el tema se trató de una manera muy pareja por ambos candidatos, sobre en todo en torno a que Estados Unidos es un país de inmigrantes pero también es un país de leyes. "Eso fue presentado por ambos y me pareció interesante que el presidente Obama también lo dijo".
El editor de Heritage Libertad resaltó que Romney también abordó el tema del comercio con América Latina asegurando que, como presidente, fomentaría mucho más el comercio con la región.
"Obviamente este debate no va a decidir la elección pero puedo decir que fue un empate", declaró Ortega. "Le dio una oportunidad al gobernador Romney de aprovechar las tres semanas que restan de la campaña".
No obstante, lo que se destaca es que Barack Obama logró frenar el deslizamiento generado tras el primer debate donde perdió la ventaja de 3 por ciento o 4 por ciento, en lo que podría ser la caída más precipitosa causada por un debate en la historia electoral de Estados Unidos.
La interrogante es si esa pérdida se puede revertir. Eric Hershberg estimó que Obama hizo lo mejor que pudo para minimizar las consecuencias del pasado debate donde "virtualmente estuvo dormido". Esta vez logró plantear muy competentemente una serie de temas.
"Habrá que ver, en las próximas semanas, tanto en las encuestas generales como entre los latinos. Este voto se está volviendo más importante pues será clave en los estados críticos como Nevada, Colorado, Florida y Virginia", dijo el académico.
"Esta fue la primera vez que ambos candidatos abordaron directamente temas que importan a los latinos, como la inmigración, y creo que Obama salió muy por encima", concluyó.