Investigan en Irlanda la muerte de una mujer que no pudo abortar
La ley local permite interrumpir el embarazo en caso de riesgo vital de la madre, pero su aplicación queda a criterio.
Según su esposo, los médicos llegaron a enrostrar a Savita Halappanavar, de origen indio, que Irlanda "es un país católico".
Las autoridades irlandesas investigan la muerte, debido a una septicemia, de una mujer en un hospital en el que los médicos se negaron a practicarle un aborto, pese a presentar un embarazo problemático.
Irlanda tiene una de las leyes del aborto más restrictivas de la Unión Europea (UE), que ha sido duramente criticada por los tribunales comunitarios: el aborto es ilegal salvo cuando la vida de la madre corre peligro, excepción que, no obstante, nunca ha sido refrendada por los legisladores e incluida en la Constitución, por lo que queda expuesta a la interpretación.
Según declaró a los medios irlandeses el marido de Savita Halappanavar, de 31 años y embarazada de 17 semanas, la paciente pidió en repetidas ocasiones a los médicos del Hospital Universitario de Galway (ubicado en el oeste del país) que terminaran su embarazo porque sufría fuertes dolores.
De acuerdo con el testimonio de Praveen Halappanavar, los doctores se negaron a practicar un aborto porque dijeron que el feto estaba vivo y, ante la insistencia de la enferma, llegaron a recordar que Irlanda "es un país católico".
La mujer, originaria de la India, falleció el pasado 28 de octubre.
El pasado abril el Parlamento irlandés (Dáil) rechazó un proyecto de ley sobre la reforma del aborto encaminada a corregir una anomalía histórica, ya que la legislación vigente no contempla una resolución judicial de 1992 que permite la interrupción del embarazo en ciertas circunstancias.
Desde entonces, ninguno de los seis gobiernos sucesivos en Irlanda ha incorporado aquella sentencia a la legislación, a pesar de que también se han celebrado dos consultas populares sobre este asunto en los últimos 20 años.
La Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo condenó hace dos años a Irlanda a indemnizar con 15.000 euros a una mujer a la que no se permitió abortar en este país a pesar de que su vida corría peligro.