Murió el pionero de la realización de trasplantes de órganos
Joseph Murray tenía 93 años de edad.
En 1962 llevó a cabo el primer trasplante exitoso con tejido de un donante no relacionado.
Joseph Murray, el médico estadounidense que realizó el primer trasplante exitoso de un órgano en humanos y ganó el Premio Nobel por su pionera investigación, murió a los 93 años en Boston.
Aunque los trasplantes de órganos tienen una larga historia, el doctor Murray fue el primero que tuvo éxito al implantar un riñón donado por un gemelo idéntico en 1954.
Al tratarse de un tejido genéticamente similar, el órgano no fue rechazado por el sistema inmune y el doctor Murray fue uno de los primeros investigadores que destacó la importancia del papel del sistema inmune en el rechazo de tejido foráneo.
Su trabajo sentó las bases del procedimiento que desde entonces ha salvado cientos de miles de vidas.
Historia
Los trasplantes de órganos entre la misma especie comenzaron a realizarse hace cientos de años, pero fue durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial cuando comenzaron a lograrse avances importantes con los trasplantes de piel en soldados gravemente heridos.
Aunque durante décadas se habían intentado trasplantes de órganos donados todos habían fracasado debido al rechazo del sistema inmune.
Joseph Murray logró superar ese problema al utilizar tejido de un gemelo idéntico. El médico, cuya especialidad era la cirugía plástica, hizo su práctica durante la Segunda Guerra realizando injertos en soldados que habían sufrido quemaduras graves.
Con los injertos, que a menudo provenían de otras personas, el médico se dio cuenta de que el mayor obstáculo en el procedimiento era el rechazo del sistema inmune.
"El lento rechazo de tejido foráneo me fascinaba", escribió el médico en su autobiografía para la Fundación Nobel: "¿Cómo es que el huésped puede distinguir que se trata de la piel de otra persona y no de la propia?".
Desde comienzos de la década del cincuenta el cirujano y su equipo del Hospital Brigham se dedicaron a desarrollar nuevas técnicas quirúrgicas logrando trasplantar con éxito riñones en perros.
Hasta que en 1954 encontró a los pacientes ideales: Richard Kerrick, quien sufría la última etapa de insuficiencia renal, y su gemelo idéntico, Ronald. Gracias al trasplante Richard logró vivir otros ocho años.
"El riñón trasplantado funcionó de inmediato con una mejora drástica en el estado renal y cardiopulmonar del paciente", dijo Murray al recibir su Premio Nobel de Medicina en 1990.
"Este éxito espectacular fue una clara demostración de que el trasplante de órganos podía ser un procedimiento salva vidas".
El médico siguió realizando trasplantes en gemelos idénticos durante varios años y continuó perfeccionando su conocimiento sobre cómo suprimir el rechazo del sistema inmune.
Pero fue hasta que se desarrollaron los fármacos inmunosupresores en los sesenta cuando se hicieron posibles los verdaderos avances en el trasplante de órganos humanos.
En 1962 Murray y su equipo llevaron a cabo el primer trasplante exitoso con tejido de un donante no relacionado: Mel Doucette, de 23 años, recibió un riñón de un hombre que había muerto.
Religioso
El cirujano era profundamente religioso y siempre dijo que su carrera estaba guiada por sus propias convicciones religiosas.
"Mi trabajo es una oración", dijo a la revista de la Universidad de Harvard en 2001. "Y comienzo cada mañana dedicándoselo a nuestro creador".
El doctor Murray murió el lunes en el mismo hospital de Boston donde realizó la cirugía pionera, el Hospital Peter Bent Brigham, hoy llamado Hospital Brigham y de Mujeres.
Días antes había sufrido un evento cerebrovascular en su casa en Boston, según se informó.
Tal como expresó la doctora Elizabeth Nabel, presidenta del hospital, "el mundo es un mejor lugar gracias a lo que dio el doctor Murray".
"Su legado perdurará siempre en nuestros corazones y en cada paciente que ha recibido el regalo de la vida gracias a un trasplante".