Nicolás Massú desclasificó detalles de su romance con Salma Hayek

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Autor: Cooperativa.cl

El olímpico tuvo una relación de tres meses con la estrella hollywoodense en 2004.

Sólo tuvo elogios para la actriz de "Del crepúsculo al amanecer".

 Vive Deportes

El tenista Nicolás Massú, desde el sillón de invitados del late show "Síganme los buenos" del canal Vive Deportes, se explayó con confianza sobre uno de los grandes mitos de su faceta pública extra deportiva: el romance que tuvo con Salma Hayek en 2004 tras ganar medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas.

En el capítulo que se emitirá la noche de este jueves, el "Vampiro" constató la veracidad de los antecedentes que ya habían sido enunciados en el libro "El superhéroe de Atenas" de 2009. Según informó el matutino Las Ultimas Noticias, Massú le contó a Julio César Rodríguez cómo fue que se llegaron a conocer, cuando él tenía 23 años: "Recuerdo un día que mi papá me dijo... estábamos jugando la Copa Davis contra Japón, y me dice que Salma Hayek desde México me quería saludar y felicitar por las dos medallas. Yo le dije 'esta cuestión es hueveo', pensé que era una cámara indiscreta".

Pero hubo contacto telefónico y aún así él seguía pensando que era broma. Semanas después, pasados otros llamados, "al final ella me invita a Nueva York para una avant premiere de la película 'After the sunset' ('Del crepúsculo al amanecer', la del famoso baile con la serpiente). Y voy. Una limusina en el aeropuerto, llego al hotel de ella, nos conocimos. Al final me terminé quedando".

Fueron en total tres meses junto a la actriz, período en el que conoció a la crema de Hollywood y la acompañó a instancias como el programa de David Letterman y la grabación de "Bandidas", con Penélope Cruz.

Massú dijo que ella se portó muy bien con él: "Me presentaba a toda la gente importante como 'hola, te presento a mi amigo Nicolás Massú, él gano dos medallas de oro'. Hacía que yo me sintiera más importante que ella". Finalmente, la cosa no prosperó por la diferencia de edad y estilos de vida demasiado distintos: "Yo tenía 23 y ella 37, 38 años", recordó.