José Mujica: "De repente Piñera tiene poco glamour"

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Autor: Cooperativa.cl

El presidente uruguayo trató de explicarse la baja popularidad del Gobierno, pese a sus buenas cifras.

"El pueblo chileno anda revoltoso y debe tener sus razones", comentó.

 UPI

La falta de "glamour" puede estar incidiendo en la baja popularidad del Presidente Sebastián Piñera, que contrasta con los buenos índices económicos, de crecimiento y de empleo, que exhibe su Gobierno.

Así planteó el presidente de Uruguay, José Mujica, quien hace pocos días estuvo en Chile y compartió con el mandatario en el marco de la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), que se celebró en Santiago.

"Yo no tengo por qué opinar de lo que hace otro presidente. A mí lo que me preocupa es cómo anda el pueblo chileno", expresó Mujica al ser consultado en una entrevista con La Tercera por el mencionado contraste.

"(El pueblo de Chile) anda revoltoso y debe tener sus razones. Pero el tiempo es un gentilhombre y va a decir la verdad. De repente Piñera tiene poco glamour, de repente es poco simpático para la gente, de repente es demasiado empresario... ¿Qué sé yo?", comentó Mujica, que reconoció en la entrevista sentirse "podrido" con el mote de "el Presidente más pobre del mundo" que le han dado los medios de comunicación internacionales.

"Me asedia demasiado... me asedia demasiado... Hace 30 años vivía como vivo hoy y nadie se preocupaba. Yo no soy pobre, soy austero", explicó, admitiendo además que "la austeridad no da patente de sabiduría a un gobernante: un gobernante ladrón puede ser un buen ladrón y un buen gobernante al mismo tiempo".

Las relaciones latinoamericanas

"Pepe" Mujica -como es conocido en su país- se dio tiempo también para comentar la importancia de la Cumbre Celac del fin de semana y el lunes.

Opinó que, por lo general, en este tipo de encuentros "la agenda de temas internacionales tiene poca eficacia y, sobre todo, no contempla los temas cruciales que hacen la felicidad: en ninguna parte discutimos cuánto tiene que trabajar la gente. Nos preocupamos por el comercio y por el intercambio, pero en realidad cuestiones que son gravitantes para la vida de las personas tienen poca consideración", ejemplificó.

"Si usted me pregunta si en una cumbre se toman altas decisiones que pueden cambiar el destino y el derrotero de las masas... es bravo; hay poco". Con todo, la Cumbre Celac "el mayor crédito que deja es que, por primera vez en estos años, los latinoamericanos andamos juntos, sin tutores de afuera (...) Eso es un progreso si uno lo compara con lo que ha sido la historia de América. No es poca cosa, aunque es una unidad zurcida con hilos endebles", expresó.

Hoy "tal vez Europa está un centímetro más humilde, porque tiene sus problemas, y quizás nosotros no somos tan buenos, pero hemos mejorado algo, y sobre todo en esto: que andamos juntos".

"La cumbre seguramente nos va a dejar un gusto a poco, pero es mucho lo que simboliza. La posta de Celac la recibe Raúl Castro y, con las enormes diferencias que hay de visión en el continente, tenemos el coraje político, en conjunto, de dar ese paso. Tenemos otra estatura en América y no quiere decir que todos estén conformes con Castro y con la revolución cubana, no. Los latinoamericanos estamos aprendiendo a soportarnos y a la larga si logramos profundizar ese camino, nos va a dar fuerza para el futuro. Pero todo eso está por verse", consideró.

Respecto del reclamo por la mediterraneidad planteado por Evo Morales comentó: "Es una pena que Bolivia no tenga una salida soberana al mar. Sé que este es un problema de Chile y de Bolivia y yo no me tengo que meter, pero es una pena".

La izquierda debe actualizarse

El gobernante, de pasado guerrillero y que pasó 13 años en prisión (época de la que conserva "varias heridas, un montón de sacrificio y un sentido de solidaridad que practico"), afirmó tener hoy ideas políticas distintas de las que profesaba en su juventud, merced a los procesos históricos que ha vivido el continente.

"No creo que se pueda construir un modelo verdaderamente socialista sin las etapas previas. Si usted quiere, me acerco mucho más a Marx y me alejo de la creencia que vino después de Lenin, que se puede construir un país con débil desarrollo del punto de vista económico y de sus fuerzas productivas", afirmó.

"El socialismo supone la existencia de una abundancia mínima de cuestiones materiales, donde la pobreza está eliminada. Porque uno tiene que pensar en la masa y la masa no tiene tiempo para pensar que va a venir una sociedad mejor, y te dice: 'Tengo que pagar la luz a fin de mes'. Hay que solucionar los problemas materiales que la gente tiene", sostuvo.

Antes "no pensaba así: esto es parte de estos 50 años de historia. Me hago cargo de las cosas que pasaron en el mundo", dijo "Pepe", que cree que "existe muy poca nueva izquierda latinoamericana".