El escándalo de la carne de caballo que salpica a Europa
Supermercados retiraron sus lasañas al detectar componentes equinos en ella.
La caída del precio de la carne de caballo en Rumania podría ser la causa.
Una investigación preliminar del Gobierno francés determinó que la caída del precio de la carne de caballo en Rumania podría ser la causa del fraude descubierto este último fin de semana en Reino Unido e Irlanda.
La compañía Findus, que la semana pasada retiró todas sus lasañas de carne en el Reino Unido, Suecia y Francia y dos variedades en España tras detectar un alto porcentaje de ADN de caballo en sus productos, aseguró que no hay rastro de este animal en los platos preparados que comercializa en el resto de Europa.
El fabricante retiró del mercado sus lasañas precocinas de 230, 360 y 500 gramos como "medida de precaución" después de tener constancia de un "problema con el etiquetado" con su suministrador, Comigel, que también proporciona productos alimenticios a otras cadenas como Tesco y Aldi.
La Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido (FSA, en inglés) analizó 18 productos de lasaña de ternera de la compañía, de los cuales 11 contenían entre el 60 y el 100 por ciento de carne equina.
Desde Rumania, la carne habría sido importada por la empresa francesa Spanghero, quien la vendió a Comigel de Luxemburgo, proveedora de Findus. La compañía gala también compró carne de equino a una empresa de Chipre, quienes la habían adquirido en Holanda.
El fraude
Según el viceministro de Economía Social francés, Benoît Hamon, citado por una publicación del diario español El País, la cadena del fraude pudo haberse iniciado en agosto de 2012 y reportó ganancias por unos 300 mil euros.
"Tenemos lo que parece ser un fraude a gran escala que afecta a toda Europa, pero aún no sabemos qué empresas están implicadas", confirmó la ministra de Salud de Francia, Marisol Touraine, en declaraciones a la radio France Inter, citadas por El País.
Incluso, la investigación dio con las primeras facturas que demuestran que la carne de equino se compró a un 30 por ciento más barata que la carne de vacuno.
Ahora la investigación del Gobierno galo buscará determinar si Spaghero conocía los hechos o también fue engañada. La empresa, a través de un comunicado, aseguró que compró la carne etiquetada como ternera de origen rumano y que la vendió sin procesar a Comigel, que en sus fábricas en Luxemburgo las convirtió en lasañas y otros productos.