Director de "La pasión de Michelangelo": Evidencia la fragilidad humana
La película fue exhibida en una función especial en el Museo Histórico Nacional.
Su protagonista y su director conversaron con Cooperativa sobre la producción.
"La pasión de Michelangelo" se estrena en los cines chilenos el próximo jueves 18 de abril.
El Museo Histórico Nacional se vistió de gala la tarde de este jueves para recibir a los asistentes al preestreno en Chile del nuevo filme de Esteban Larraín, "La pasión de Michelangelo".
Se trata de un filme que explora en tono dramático el pasaje más llamativo en la vida de Miguel Angel Poblete, más conocido como el "vidente de Peñablanca", el adolescente que en la década de los ochentas cobró gran notoriedad mediática por supuestamente mantener contacto con la Virgen María.
Seguido por miles de feligreses que lo acompañaban hasta el cerro El Membrillar en la localidad de la Región de Valparaíso, Poblete también se habría visto en medio de un montaje político para desviar la atención pública por parte de la dictadura.
Justamente, esa mezcla entre maquinaciones políticas, crisis de fe y otras inseguridades, es lo que muestra este filme de 98 minutos.
"Nobles e inocentes"
El joven ahora es interpretado por el actor Sebastián Ayala ("El reemplazante"), para quién es su primera incursión en el cine y cuyo principal reto fue reunir temas como la política, la religión y la homosexualidad, "todo en un mismo personaje y que un fuera plano".
"El desafío era mostrar una progresión de un chico que parte por ser una persona muy inocente hasta ser una persona que tiene mucho más poder y que presenta comportamientos manipulados. En el fondo que este chico comienza a saber que tiene el control de varias cosas que suceden a su alrededor, o eso es lo que por lo menos él siente", destacó Ayala a Cooperativa.
El protagonista explicó que tuvo que enfrentar una exhaustiva investigación para adentrarse en una época en la que "yo no existía", razón por la que "empecé a buscar en mí qué consecuencias hay de ese proceso, de ese tiempo político, en mi familia, en mi entorno, y en el país. Entonces, ese proceso fue bien minucioso, porque quería encontrar algo que no fuese lo obvio. Además de que yo siento que vivir la dictadura en un pueblo como Peñablanca, era bastante diferente, entre nobles e inocentes, a mostrar la imagen que todos conocemos que es desde la capital, desde Santiago".
Tras su participación en "La pasión de Michelangelo", el propio Ayala sacó conclusiones, ante lo que se vivió entre 1983 y 1988: "la gente que utilizó fueron muy pocos. He recogido muchos testimonios de gente que tiene muy lindos recuerdos de ese tiempo. Independiente de lo que los medios mostraban, la gente se congregó más de seis años en el cerro. Claro, se mostraban los espectáculos del cerro, pero en realidad las actividades que se realizaban en torno a esto y cómo la comunidad volvió a andar sin miedo por las calles, para mí fue bastante enriquecedor entenderlo y conocerlo".
Caer en la vorágine
El director Esteban Larraín también conversó con Cooperativa acerca de su trabajo su experiencia al reunir tantos temas que podrían ser potencialmente conflictivos, y él lo reconoce como "una de las mayores dificultades, porque cuando uno hace una película, inconscientemente quiere complacer al espectador, pero eso significa entregarle las cosas un poco más masticadas, con una lectura un poquito más fácil. Ese tipo de recursos pueden apelar a una interpretación un poco más burda de lo que son estos temas complicados".
Sin embargo, cree que uno de los principales logros de la película "es que tiene una elegancia para tratar de frente estos temas, pero de combinarlos y sublimarlos para que fueran parte de una historia mucho más compleja, y que son parte esencial de la historia y de la película".
Para Esteban Larraín, "La pasión de Michelangelo" es su segundo filme, y de acuerdo con sus palabras lo que este evidencia finalmente es "la fragilidad de la condición humana".
Se trata de "la fragilidad de este chico con una carencia afectiva de figura materna, de entorno familiar, que se ve envuelto en esta vorágine de la maquinación política donde el cae por sus propios problemas siquiátricas diagnosticados, por esta especie de mitomanía histriónica. También está la fragilidad de espíritu de la propia gente, que en un momento de gran oscuridad espiritual, cae fácilmente en este tipo de falsas promesas. Y cómo los hombres 'más puros', como pueden ser los sacerdotes, pueden ver también flaquear su fe en momentos de crisis".
"La pasión de Michelangelo" se estrena en los cines chilenos el próximo jueves 18 de abril, con 18 copias en salas de Santiago, Antofagasta, Viña del Mar, Valparaíso, Concepción y Punta Arenas.