La agenda privada de Obama en su visita a México
El mandatario estadounidense se reúne hoy en la capital azteca con su par Enrique Peña Nieto.
Oficialmente se mencionan economía y comercio como temas principales, pero analistas tienen otra mirada.
Según los expertos consultados por la BBC, Obama busca conocer de primera mano la nueva estrategia mexicana contra el narcotráfico.
¿A qué viaja Barack Obama a México? En su agenda pública para su visita de un día el presidente de Estados Unidos ha dicho que los temas clave serán economía y comercio, así como asuntos comunes de seguridad fronteriza.
Pero según especialistas, el mandatario estadounidense trae consigo otra agenda, la que discutirá en privado con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, y en la que guarda los temas que preocupan a la Casa Blanca.
Uno de ellos es el papel del nuevo gobierno mexicano en la guerra contra el narcotráfico. El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, ha dicho que la cooperación con Estados Unidos en materia de seguridad es "vital" para ambos países.
Pero al mismo tiempo agencias estadounidenses han notado una nueva actitud de sus contrapartes mexicanas que les genera suspicacias, coinciden analistas consultados por BBC Mundo.
Y es que, a diferencia del gobierno del expresidente Felipe Calderón -cuando el combate a los carteles de drogas fue el elemento central de la relación con Washington-, ahora la situación es distinta.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) dejó en claro que al gobierno de Peña Nieto le interesa trascender la agenda de seguridad nacional y busca privilegiar otros aspectos en la relación bilateral, como el comercio.
También anunció cambios en el método para compartir información en materia de narcotráfico. En los últimos años, las agencias estadounidenses y mexicanas sostenían un intercambio directo, pero ahora sólo habrá una ventanilla para eso: la Secretaría de Gobernación.
Mensajes
Este cambio en la relación bilateral inquieta al Capitolio y a la Casa Blanca, le dice a BBC Mundo David Crow, académico del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE).
Los estadounidenses necesitan saber con quiénes abordarán los temas de seguridad y sobre todo hasta qué punto pueden compartir información sensible. "Una gran duda es la cooperación de agencias específicas en México con el narcotráfico", explica Crow.
"¿Quiénes son los socios confiables para Estados Unidos?, ¿Es Peña Nieto uno de ellos y, si lo es, hasta qué punto se van a alinear el Ejército, la Marina, los cuerpos policíacos, la Procuraduría? Ésta es la pregunta que ellos quieren contestar", dice Crow.
Osorio Chong, el secretario de Gobernación, ha dicho que la intención es ordenar la estrategia contra la inseguridad. En el gobierno anterior "había descoordinación, falta de confianza, no poder compartir información entre dependencias".
Chong informó de la nueva estrategia en una visita reciente a Washington, donde se reunió con la secretaria de Seguridad Janet Napolitano y el fiscal general Eric Holder.
Pero las dudas persisten, y el presidente Obama espera despejarlas en su viaje a México.
Los cambios en el gobierno de Peña Nieto, dijo en una conferencia de prensa en la Casa Blanca, "tienen que ver con refinamientos y mejoras en términos de cómo las autoridades mexicanas trabajan entre ellas, cómo se coordinan más efectivamente, y tiene menos que ver con la forma como están tratando con nosotros, per se. Así que todavía no voy a juzgar cómo esto alterará la relación entre Estados Unidos y México, hasta que lo haya escuchado directamente de ellos y ver que es exactamente lo que están tratando de lograr".
Regreso a la "normalidad"
Pero más allá de suspicacias, para algunos la actitud mexicana con su vecino estadounidense es sólo una muestra de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI), regresó al poder.
Históricamente, México ha privilegiado los temas económicos en su relación con Estados Unidos, algo que en algún tiempo se le llamó "agenda de prosperidad", recuerda Isabel Studer, directora del Centro de Diálogo y Análisis del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
En cambio, la Casa Blanca siempre tuvo a la seguridad -especialmente en la frontera común- como un tema central en su trato con el vecino del sur.
Esta relación se modificó durante el gobierno de Calderón, cuando las agendas de los dos países coincidieron en sus prioridades. Pero eso fue una "aberración histórica", le comenta Studer a BBC Mundo.
Ahora la situación será distinta. "Digamos que con Peña Nieto regresamos a la normalidad, si entendemos por eso lo que ha pasado históricamente y sobre todo el énfasis que México, por ser un país en vías de desarrollo, había puesto en la agenda de competitividad".
Esto no significa abandonar el combate a la violencia, aclara. De hecho, el gobierno mexicano "no puede simplemente decir que cambiaron las prioridades", sino que la estrategia va más allá de la aportación de recursos, como sucedió con la Iniciativa Mérida.
¿Hasta qué punto el gobierno de Barack Obama está dispuesto a aceptar la nueva realidad? Depende de los acuerdos en la agenda privada, pero también de la política interna en Estados Unidos, coinciden especialistas. La Casa Blanca libra una batalla para consolidar una eventual reforma migratoria, y reducir la atención la seguridad puede ser útil.
"Obama tendrá un ímpetu para diversificar los temas de discusión con su contraparte en México", recuerda Studer.
Cita en Centroamérica
Luego de su visita a México, Obama viajará el viernes en la tarde a Costa Rica para asistir a la cumbre de mandatarios del Sistema de Integración Centroamericana, Sica.
En una región que no pasa por su mejor momento en términos de integración, Obama se encontrará con viejos amigos y adversarios: los seis mandatarios de la región, incluido el nicaragüense Daniel Ortega (en la foto), han confirmado su asistencia.
Aunque la agenda de discusión no ha sido divulgada, los temas por tratar también son viejos y conocidos: seguridad, emigración, comercio y tráfico de drogas, asuntos que de una u otra manera tocan a todos los países, incluidos El Salvador, Honduras y Panamá.
Sin embargo, un elemento ha cambiado desde la última visita del presidente estadounidense a la región, hace dos años: cada vez más voces se alzan desde los gobiernos para pedir que se debata el tema de la legalización de las drogas.
Eso en una región por donde pasa el 90 por ciento de la cocaína que va hacia EE.UU.
Y en la cita estará uno de los más vigorosos defensores de la legalización, el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina.