"Magic Magic" de Sebastián Silva fue recibida con aplausos en Cannes

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Autor: Cooperativa.cl

La película se presentó hoy en el festival de cine.

"Invita a que las cosas se puedan tornar paranormales e inexplicables", manifestó el director chileno.

El director chileno Sebastián Silva presentó hoy en Cannes "Magic, Magic", donde explora el horror desde la perspectiva de la esquizofrenia, una cinta "densa" pero "nunca aburrida", que su autor cree que se entenderá mejor en Europa que en Estados Unidos .

Recibida con aplausos en su proyección dentro de la Quincena de realizadores, la cinta está protagonizada por Michael Cera ("Juno"), Catalina Sandino ("María, llena eres de gracia") y Juno Temple ("The Dark Knight Rises").

"Magic, Magic", que fue estrenada en el Festival de Sundance, es el quinto largometraje del director de "La Nana" y en él demuestra que no es necesario recurrir a elementos externos para perturbar al espectador.

"La esquizofrenia es la peor tortura posible", señaló el cineasta, quien apuesta por esa enfermedad mental y por el egoísmo e irresponsabilidad del resto de protagonistas para cocinar su drama.

La idea partió de una noticia leída en un periódico sobre una chica que se va de vacaciones con un grupo de amigos y empieza a comportarse de manera incoherente hasta perder la razón, en la que vio la posibilidad de "jugar con un género que no tiene ningún fin, ni político ni social, sino que es solamente estético".

Y la elección del título no hace más que reforzar su voluntad de descolocar: "La película invita a que las cosas se puedan tornar paranormales e inexplicables, y cuando termina se ve solamente como un caso clínico de esquizofrenia paranoide. La magia nunca se asoma pero está constantemente como una promesa. Es como una promesa falsa".

Silva (Santiago de Chile, 1979), vivió como un desafío recrear esa ambigüedad, "en la que no sabes quién es el malo, y si lo hay, si nos tenemos que reír o nos debería dar rabia", pero la buscó de manera intencionada "para mantener a la audiencia muy poco segura".

Con ese fin, no dudó en incorporar toques de comicidad, que mezclados con la tragedia que se va fraguando conforme avanza la trama, acaba resultando a su juicio "grotesco y cruel".

"Creo que es una película que los europeos pueden entender mejor que los norteamericanos, por no estar tan apegados a un género, a la enfermedad de querer definirlo todo. Me parece densa, pero nunca aburrida. Tiene comedia, acción. Me siento más cómodo mostrándola en Europa, donde es comprendida de forma más similar a cómo fue concebida".

Y aunque en el filme se acaba mostrando un ritual mapuche, asegura que con su inclusión no buscaba lanzar ningún tipo de mensaje político.

"Es un elemento más para la fábula. El que sean mapuches es irrelevante (...). No hay nada político, o sí, porque la política es intrínseca, pero no es lo que me interesa. Mi discurso -apunta- tiene más que ver con perder la cabeza, con cómo uno puede sentir que la vida se torna en contra".

La homosexualidad latente de otro de los protagonistas o la sombra de un aborto ilegal se unen al cóctel porque, según él, era importante que quienes estuvieran junto a la protagonista "no fueran intencionalmente egoístas con ella, sino que estuvieran viviendo sus propios tormentos y secretos".

Y esa mezcla hace que le sea difícil definir esta cinta dentro de su propia filmografía.

"No es mi película más madura", indica Silva, para quien si se la compara con la primera, "La vida me mata", "mucha más ficción, efectos especiales, comedia", sí que ha habido un crecimiento, pero si se la enfrenta a "La nana", "en términos emocionales" resulta inferior.

Por la manera en la que buscaba jugar con la audiencia privándole de información dice haber tomado como referencias filmes como "Rosemary's baby", de Roman Polanski, y el hecho de adentrarse en un tema tan "desagradable" le han hecho prometerse a sí mismo, según añadió tras el pase de la película, que en su próximo proyecto rebajará la intensidad.