Manifestantes de nuevo acamparon en frontis de casa del gobernador de Río

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Autor: Cooperativa.cl

Cientos de personas llevan más de 40 horas en las afueras de la residencia de Cabral en el lujoso barrio de Leblon.

Si bien, las protestas son menores a las que comenzaron el jueves, los manifestantes organizan nuevas movilizaciones para la próxima semana.

 EFE

Manifestantes fuera de la residencia del gobernador de Río

Un pequeño grupo de manifestantes pasó su segunda noche acampado frente a la residencia particular del gobernador del estado brasileño de Río de Janeiro, Sergio Cabral, a la espera de que el gobernante escuche sus reivindicaciones.

La protesta, una de las muchas para reclamar mejores servicios públicos que se desarrollan en Brasil desde hace dos semanas, continúa este domingo, para cuando se prevén nuevas manifestaciones en ciudades como Río de Janeiro, Sao Bernardo do Campo y Fortaleza.

En esta última ciudad, en la que esta tarde se medirán España y Tahití por la Copa Confederaciones, la protesta será contra los elevados gastos del Gobierno en los estadios exigidos por la FIFA para que Brasil organice el Mundial de 2014.

Los manifestantes, que completaron más de cuarenta horas acampando frente a la residencia particular de Cabral en el lujoso barrio de Leblon, quieren una explicación del gobernador a los excesos cometidos por la policía en la represión de la manifestación del pasado jueves por el centro de la ciudad que congregó a cerca de 300.000 personas.

Además de la protesta en Fortaleza contra los gastos en el Mundial, en la playa de Copacabana de Río está prevista una marcha contra un proyecto de ley, en discusión en el Congreso, que reduce los poderes de investigación del Ministerio Público y que, según los manifestantes, puede favorecer la impunidad de políticos corruptos.

Algunas de las organizaciones que promueven las manifestaciones también proponen en las redes sociales una posible paralización de actividades para el próximo jueves, lo que puede ser prohibido por la justicia, debido a que las huelgas sólo pueden ser convocadas por sindicatos formalmente registrados.

Pese a que perdieron intensidad desde el jueves, cuando movilizaron a cerca de 1,2 millones de brasileños en un centenar de ciudades, las manifestaciones, apoyadas por el 75 por ciento de los brasileños según una encuesta divulgada el sábado, se mantienen en las calles.

Ni la invitación al diálogo y a un pacto nacional para mejorar los servicios públicos hecha por la presidenta Dilma Rousseff el pasado viernes, ni la reducción de las tarifas de transporte público en las mayores ciudades, que era la perición inicial de los manifestantes, han convencido a los brasileños a cesar con sus protestas.