Red de espionaje estadounidense incluyó a Chile
Se extendió por toda América Latina, precisó un diario brasileño que reveló nuevos documentos clasificados.
Washington dispuso bases para vigilar en Brasilia, Caracas, Bogotá, Ciudad de Panamá y Ciudad de México.
O Globo dice haber accedido a documentos que dan cuenta de la acción en Sudamérica de la red de espionaje denunciada por el ex técnico de la CIA Edward Snowden.
La red de espionaje de Estados Unidos denunciada por el ex analista de la CIA Edward Snowden se expandió por toda América Latina y tuvo un especial foco en Brasil, México y Colombia.
El diario brasileño O Globo publicó este martes nuevos documentos secretos, tras revelar en la víspera que Brasilia albergó una base de espionaje al menos hasta 2002 con agentes que operaban bajo la fachada de "diplomáticos".
En éstos revela que "Estados Unidos no se interesaba sólo en asuntos militares", sino también en "secretos comerciales".
En ese marco, indica que el espionaje se dirigió, por ejemplo, a las áreas de "petróleo" en Venezuela y de "energía" en México.
También sostiene que, junto con Brasil y México, otro "blanco prioritario" fue Colombia, donde fueron vigilados "los movimientos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)".
A la vez, "fueron espiados en forma constante, aunque con menor intensidad, Venezuela, Argentina, Ecuador, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Paraguay, Chile, Perú y El Salvador", dice el periódico, que publica mapas que marcan en rojo los países más espiados por la CIA y la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por su sigla en inglés).
Más bases de espionaje en ciudades capitales
Según la gráfica, Brasil, Colombia y México son los países de gran interés geopolítico para Estados Unidos, y que así como hubo una "base de espionaje" en Brasilia, también funcionaron otras similares en Caracas, Bogotá, Ciudad de Panamá y Ciudad de México.
Esas cinco bases habrían funcionado hasta 2002 y no existen pruebas de que hayan vuelto a operar desde entonces, apunta O Globo.
En el caso de Colombia, indica que es un país que "mantiene una alianza militar con Estados Unidos sin paralelo con otros países de Suramérica", lo cual "lo convierte en un área privilegiada para agencias estadounidenses como la NSA" en toda la región.
Indignación brasilera
La posibilidad de que las actividades de espionaje desarrolladas en Brasil hayan incluido el rastreo de llamadas telefónicas o de la actividad de los ciudadanos en internet ha desatado un escándalo en el país y la presidenta Dilma Rousseff anunció ayer que su Gobierno se propone denunciar el caso ante las Naciones Unidas.
"Vamos a presentar la propuesta a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, pues uno de los preceptos fundamentales es la garantía de la libertad de expresión, pero también de los derechos individuales, principalmente el de la privacidad, que también está garantizado en nuestra Constitución", declaró Rousseff.
"Si hubo participación de otros países y de otras empresas que no sean brasileñas seguramente hay también una violación de soberanía", advirtió Rousseff, quien a la vez pidió prudencia para investigar "sin precipitación ni prejuicio".
La posición de Brasil "es muy clara y firme: No estamos de acuerdo, de ninguna manera, con una interferencia de este orden no sólo en Brasil sino en cualquier otro país", sentenció Rousseff.
La Comisión de Relaciones Exteriores del Senado anunció que convocará al embajador de EE.UU. en Brasil, Thomas Shannon, a fin de que explique las supuestas actividades de espionaje en el país.
El Gobierno ha recibido las informaciones con "una grave preocupación" y el canciller Antonio Patriota informó el domingo de que había pedido "explicaciones" a Estados Unidos.
Shannon, quien está a punto de ser sustituido por la actual secretaria asistente adjunta para Cuba, América Central y el Caribe del Departamento de Estado, Liliana Ayalde, se ha reunido con autoridades brasileñas y negado el supuesto espionaje.
Sin embargo, según el ministro de Comunicaciones, Paulo Bernardo Silva, el diplomático admitió que son "estudiados" el origen y el destino de llamadas telefónicas, "aunque sin entrar en contenidos".
El asunto estalló en momentos en que Rousseff prepara la que será su primera visita de Estado a Washington, prevista para el próximo 23 de octubre, cuando deberá ser recibida por su homólogo Barack Obama en la Casa Blanca.