Papa Francisco dejó Brasil con nostálgico discurso
Pontífice agradeció a autoridades eclesiásticas y políticas por su visita.
Afirmó, además, que se marcha "con el alma llena de recuerdos felices".
El Papa dejó Brasil luego de una estancia de siete días por la Jornada Mundial de la Juventud.
El papa Francisco dijo este domingo que se marcha de Brasil con "saudade" (nostalgia en portugués) tras una visita de una semana en la que participó en la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
"En breves instantes dejaré su patria para regresar a Roma. Marcho con el alma llena de recuerdos felices... En este momento comienzo a sentir un inicio de saudade", afirmó el pontífice en el discurso de despedida que pronunció en el aeropuerto internacional de Río de Janeiro.
El primer Papa latinoamericano concluyó este domingo con una misa para poco más de tres millones de personas en la playa de Copacabana la visita de siete días que inició el pasado lunes a Brasil, que fue su primer viaje al exterior desde que fue entronizado.
Francisco, que llegó al aeropuerto cargando su propio maletín como lo había hecho al salir del Vaticano, fue despedido en la pista del aeropuerto por el vicepresidente brasileño, Michel Temer, por el ministro de Relaciones Exteriores, Antonio Patriota, y por otras autoridades del país.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, lo recibió formalmente el pasado lunes en Río de Janeiro y este domingo asistió a la misa de clausura de la Jornada en Copacabana.
El papa agregó que igualmente sentirá falta de "la esperanza en los ojos" que vio en los jóvenes atendidos en un hospital para drogadictos y de "la fe y alegría en medio a la adversidad" que sintió en su visita a una favela de Río de Janeiro que hasta hace pocos meses era controlada por bandas criminales.
En su discurso de despedida, el Papa agradeció a la presidenta brasileña por "haberse hecho intérprete de los sentimientos de todo el pueblo de Brasil hacia el sucesor de Pedro".
Igualmente agradeció a los obispos, sacerdotes y voluntarios que ayudaron a convertir la Jornada Mundial de la Juventud en "una estupenda celebración de nuestra fecunda y gozosa fe en Jesucristo" y bendijo a los miles de jóvenes que participaron en el encuentro.