Las razones de Irán, China y Rusia para bloquear el ataque a Siria
Estos tres países contienen la intervención planteada por EE.UU. y Reino Unido.
Fundamentos económicos, políticos y religiosos sostienen sus posiciones a una acción militar externa.
En las últimas horas cambió súbitamente la situación en un conflicto que ha durado más de dos años: Washington y sus aliados dicen estar listos para tomar algún tipo de acción militar contra Siria.
En Estados Unidos los medios informan que el presidente Obama presentará, quizás este jueves, lo que se dice es "evidencia innegable" de que realmente ocurrió un ataque con armas químicas en Siria y de que el más probable responsable fue el presidente de esa nación, Bashar al Asad. Sobre esta base se espera que Obama tome una decisión para intervenir militarmente en ese país.
En Reino Unido el primer ministro David Cameron presentó una propuesta de resolución al Consejo de Seguridad de la ONU "en la que se autorizan las medidas necesarias para proteger a los civiles" en Siria.
Francia y Turquía también se han unido a las intenciones de llevar a cabo una medida de fuerza militar contra Siria.
Todo indica que las advertencias de no intervención que han hecho los aliados de Siria, Rusia e Irán, además de China, han caído en oídos sordos.
En BBC Mundo le explicamos por qué estos tres países se oponen a una intervención armada y cuáles son los intereses que están en juego en la región.
Irán
Desde 2012 Irán incrementó drásticamente su apoyo militar a las fuerzas del presidente sirio Bashar al Asad. Con este sustento de Irán, además de ofrecer la necesitada ayuda que requería Asad, el conflicto entró en una nueva fase de guerra sectaria: las armas de Irán llegaron al grupo militante chiita Hezbolá -basado en Líbano- y éste se volvió cada vez más activo dentro de Siria ayudando a las fuerzas de Asad.
El martes, después de que Washington dijo estar "listo" para intervenir en Siria, el gobierno de Irán respondió de inmediato.
El portavoz de la cancillería iraní, Abbas Araqchi, dijo que Teherán está tan resuelto a defender a Al Asad como Washington está resuelto a atacarlo.
"Queremos hacer una firme advertencia contra cualquier ataque militar contra Siria" dijo el funcionario en una conferencia de prensa.
"Definitivamente habrá consecuencias peligrosas para la región. Y estas consecuencias y sus complicaciones no quedarán restringidas a Siria. Involucrarán a toda la región".
Irán, que es principalmente chiita, es el aliado más cercano de Siria y repetidamente ha acusado a los islamistas sunitas, Israel y Occidente de tratar de usar el conflicto para dominar la región.
Pero el acercamiento de Irán y Siria no es sólo ideológico. También hay fuertes lazos económicos.
Desde que Estados Unidos y Europa impusieron sus sanciones económicas contra Teherán, la relación económica entre ambos se volvió cada vez más importante.
"Gasoducto estratégico"
El mes pasado, se informó que Irán, Irak y Siria firmaron un acuerdo para la construcción de lo que se dice será el mayor gasoducto en el Medio Oriente capaz de transportar gas natural desde el sur de Irán hasta Europa.
Según el diario Teherán Times, el transporte de gas se llevará a cabo por un conducto de 6.000 kilómetros que atravesará Irak, Irán, Siria y Líbano para luego ir a Europa bajo el Mar Mediterráneo.
Como era de esperarse, muchos no recibieron positivamente el anuncio.
"Un gasoducto desde Irán sería muy rentable para Siria. Europa también podría obtener beneficios con éste. Pero es claro que muchos no están contentos con el trato", dice Dmitry Minin, analista del Centro Global Research, basado en Canadá.
"Los aliados de Occidente que abastecen de gas y petróleo a Europa desde el Golfo Pérsico, (vía Qatar y Arabia Saudita) no están contentos, y tampoco está contento el principal transportista de gas actualmente: Turquía".
Nafeez Ahmed, director del Instituto para Investigación de Política y Desarrollo en el Reino Unido escribe en el períodico The Guardian, que dicho gasoducto "potencialmente consolidaría la posición de Irán como un poderoso actor global".
"El gasoducto es una 'bofetada directa' para Qatar, que planea construir su propio gasoducto a través de Arabia Saudita, Jordania, Siria y Turquía, también para abastecer a los mercados europeos (con el apoyo de Estados Unidos)".
"Estados Unidos, Israel y otras potencias han sido jugadores muy poco honestos" afirma Ahmed. "Detrás de la fachada de preocupación humanitaria, hay intereses familiares en juego".
Pero Irán, señalan los comentaristas, parece estar resuelto a defender su importante proyecto.
China
Desde que comenzó el conflicto en Siria, tanto China como Rusia han utilizado sus poderes de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para bloquear cualquier acción que conduzca a sanciones contra el régimen de Al Asad.
Y ahora, tras el supuesto ataque con armas químicas que bajo la ley internacional sería ilegal, Moscú y Pekín continúan firmes en sus posiciones.
Los medios chinos, que son la principal voz del régimen en Pekín, advierten este miércoles sobre una intervención de Occidente y llaman a esperar el informe de la ONU sobre el supuesto ataque.
"No debe haber afirmaciones impulsivas hasta que la verdad haya sido verificada y mucho menos debe haber un 'presunto culpable' o utilizar esto como pretexto para tomar una acción militar unilateral" dice en un editorial la agencia oficial de noticias Xinhua.
Otros medios también advierten sobre lo que dicen podría ser una repetición de la invasión que Estados Unidos dirigió contra Irak en 2003 sin un mandato de la ONU.
"La comunidad internacional necesita mostrarse vigilante contra las fuerzas externas que intentan replicar este modelo en Siria" dice The People's Daily, el periódico del Partido Comunista.
"El 'uso de armas químicas' no puede ser manejado con medidas 'infundadas' y cualquier acción de seguimiento necesita estar apoyada por hallazgos verdaderos y confiables de una investigación".
Y el Global Times, un periódico afiliado también al Partido Comunista, afirma que "las fuerzas alrededor del mundo que se oponen a una intervención militar externa deben unirse para prevenir, hasta donde sea posible, que Estados Unidos, Reino Unido y otros lancen ataques aéreos contra Siria.
"Y si esto no se puede evitar, deben abiertamente apoyar al gobierno sirio para entablar una resistencia. Rusia e Irán necesitan considerar el ofrecimiento de asistencia militar directa, y China y otros países deben dar su apoyo" agrega.
"Resentida"
Hasta ahora China no ha sido objeto de críticas de Occidente como lo ha sido Rusia por su posición "intransigente" frente a Siria. Y muchos creen que China mantiene un bajo perfil en Medio Oriente y no tiene intereses en la región.
Pero en los últimos años Pekín ha desarrollado considerables lazos en los sectores económico, militar y energético de la región.
Tal como explica Amanda Paul, analista del Centro de Política Europea, en el periódico turco Today's Zaman, China desea expandir su participación en el Medio Oriente.
"En 2011 China fue el principal socio comercial de Siria, con exportaciones valuadas en más de 2.400 millones de dólares. Esto, sin embargo, no es mucho dinero si se compara con el comercio de China en otros países y es un factor insignificante en su política hacia Damasco".
"Más bien -dice la analista- a lo que China parece oponerse es a una mayor presencia de Estados Unidos en esta región".
"Hay temores de que una presencia militar de EE.UU. en Siria conduzca a un ataque contra Irán, lo cual otorgaría a Occidente mayor acceso a los recursos energéticos de la región".
"Y China ya resiente la creciente presencia militar de Washington en la región".
Pekín también es muy sensible ante las sanciones y las intervenciones de Occidente, de las cuales fue objeto durante los siglos XIX y XX, dice Amanda Paul.
Rusia
Rusia ha sido el más enfático defensor de Bashar al Asad y su principal proveedor de armas.
Hasta ahora Moscú es quien ha hecho la advertencia más explícita sobre una intervención militar en Siria que, dijo, tendría "consecuencias catastróficas" para toda la región.
Esta semana, el viceprimer ministro ruso publicó un tuit diciendo que "Occidente está jugando con el mundo islámico como un chimpancé con una granada".
Moscú también continúa sosteniendo que no hay pruebas de que el presidente Al Asad fue responsable del supuesto ataque con armas químicas cerca de Damasco.
E insiste que cualquier acción militar sin un mandato de la ONU sería "una grave violación de la ley internacional". Pero si Occidente decidiera finalmente intervenir, ¿cómo respondería Moscú?
Tal como señala Steven Rosenberg, corresponsal de la BBC en Moscú, a pesar de los recientes comentarios "envalentonados" en los medios rusos y las advertencias sobre una intervención, "es poco probable que Rusia se vea involucrada directamente en una confrontación militar con Occidente.
El canciller ruso Sergei Lavrov ya dejó en claro que su país "no tiene planes de entrar en guerra con nadie".
"Pero hay otras formas con las que Rusia podría mostrar su desaprobación ante una intervención de Occidente y su enojo con Estados Unidos".
Contratos valiosos
Podría, por ejemplo, incrementar su abastecimiento de armas a Damasco, establecer una relación más estrecha con Irán o reducir su cooperación con Washington, explica el corresponsal.
Lo que es claro es que Rusia no abandonará a su aliado más cercano en Medio Oriente ni sus intereses en Siria: incluida la base naval que mantiene en Tartus, en el Mediterráneo, ni sus jugosos contratos comerciales con Damasco, principalmente por venta de armas.
"Después de haber perdido un contrato de 13.000 millones de dólares con Irán, debido a las sanciones internacionales, y de que le cancelaron contratos de 4.500 millones de dólares con Libia, la industria de defensa rusa se tambalea" dice en un comentario en CNN.com el profesor Daniel Treisman del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de California en Los Ángeles.
"Además de exportaciones de armas, las compañías rusas han hecho enormes inversiones en la infraestructura siria y en los sectores de energía y turismo, los cuales han sido valuados en 19.400 millones de dólares".