EE.UU. tiene bombas que destruyen depósitos de armas químicas y biológicas
Se trata de explosivos de alta temperatura que incineran los tóxicos antes de que se dispersen.
Podrían ser utilizados para atacar a Siria.
El secretario de Estado norteamericano dijo el viernes estar convencido del uso de armas químicas por el caso de Bachar al Asad.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos posee bombas capaces de destruir depósitos de armas químicas o biológicas sin que se produzca la dispersión de los elementos tóxicos que contienen al área circundante.
La portavoz de la Fuerza Aérea, Jennifer Cassidy, dijo al portal especializado Military.com que las municiones llevan los nombres de "PAW" (por la sigla en inglés para Arma de Ataque Pasivo) y "CrashPad".
En medio de la tensón por el posible ataque a Siria el Pentágono ya apostó en el este del Mar Mediterráneo cinco destructores equipados con misiles crucero y, según fuentes militares, se ha ordenó el desplazamiento al Mar Rojo del portaaviones Nimitz y su grupo de batalla.
Según Cassidy, las armas de la Fuerza Aérea podrían ser transportadas por aviones como el Eagle F-15, el Raptor F-22 (que todavía no se ha estrenado en combate) y los bombarderos B-1 y B-2.
Ninguna de estas aeronaves operan desde portaaviones. El F-22 y los bombarderos B-1 y B-2 son capaces de eludir la detección por radar y son aptos para penetrar en el espacio de un país, como Siria, que cuenta con fuertes defensas antiaéreas.
Grupos como Human Rights Watch y expertos militares han expresado su preocupación por que el bombardeo de almacenamientos de armas químicas o biológicas pueda liberar los agentes tóxicos con daño aún mayor para la población.
Las opciones
Una de las armas que podrían ser utilizadas para ese cometido, conocida como CrashPad o BLU-119/B, es una bomba con un explosivo incendiario de alta temperatura pensado para incinerar los agentes químicos antes de que sean dañinos, según documentos del Departamento de Defensa estadounidense.
Esta arma tiene la finalidad de penetrar las estructuras de hormigón antes de que exploten, y forma parte de los arsenales de países como Dinamarca, Egipto, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Israel, Holanda, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.
La bomba tiene una cubierta de acero de unos 254 milímetros de espesor rellena con 240 kilogramos de tritonal, una mezcla de 80 por ciento de trinitrotolueno y 20 por ciento de polvo de aluminio, y un detonador retardado en la cola.
Supuestamente, la elevada temperatura de la explosión destruye los agentes químicos y biológicos antes de que causen daño.
Por su lado, el arma PAW, desarrollada en secreto mientras EE.UU. preparaba la invasión de Irak a finales de 2002, destruye sus objetivos con energía cinética en lugar de explosivos, según documentos militares.
Una vez que la bomba es lanzada desde un avión, la cubierta exterior del arma se separa a una altitud predeterminada lo cual permite que sus 3.700 barras penetrantes individuales, no explosivas, caigan libremente y entren en el objetivo.
Según los militares, con esta munición no hay una ojiva explosiva y el daño colateral es mínimo.
El portal Globalsecurity.org indica que el arma se diseñó para usarla donde sea necesario discapacitar un objetivo sin destruir su entorno.
"Algunos ejemplos incluyen los almacenamientos, depósitos de combustible, subestaciones de energía eléctrica o antenas", añade la información: "Es otra forma de lograr un efecto en el campo de batalla sin una explosión. Estas armas permiten atacar objetivos sin estructura reforzada y hacerlo con el daño colateral mínimo".