Primer bombero que entró a La Moneda tras el golpe: "Fue un impacto fuertísimo"
Alejandro Artigas fue convocado por los militares para apagar el incendio tras el bombardeo.
Recordó en Cooperativa cómo "de manera involuntaria, accidental", vio el cadáver de Salvador Allende.
Artigas estaba acuartelado en la primera compañía de Bomberos de Santiago, a "exactas cuatro cuadras" de La Moneda.
Alejandro Artigas, miembro del directorio del Cuerpo de Bomberos de Santiago, miembro honorario del directorio del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso y rector de la Escuela de Bomberos, recordó este martes en Cooperativa cómo fue haber estado acuartelado en el centro de la capital el 11 de septiembre de 1973 y luego apagar el incendio del Palacio de La Moneda tras el bombardeo de la Fuerza Aérea.
Artigas explicó que en 1973 él tenía 24 años y era estudiante de Derecho en la Universidad de Chile en 1973. El 11 de septiembre se desempeñaba como teniente de la primera compañía de Bomberos de Santiago, ubicada en la intersección de Moneda con San Antonio, "a exactas cuatro cuadras de La Moneda".
"Pasamos una mañana de una espera muy tensa, porque desde luego se anunciaba el bombardeo, teníamos mucho fuego de armas –metralletas, rifles, fusiles- muy cercano al cuartel, se sentían explosiones (...) Para nosotros era un hecho irreversible que nos íbamos a encontrar con mucho fuego e íbamos a tener que salir", dijo a El Diario de Cooperativa.
"Nosotros llegamos al Palacio de La Moneda alrededor de las tres (de la tarde). La visión que tenemos es muy fuerte (...) Cuando llegamos la cosa era muy grave, había mucha gente disparando, había gente tendida en el piso, muchos heridos dentro de éstos", recordó.
Entre quienes vio en el lugar "había un muchacho compañero de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, que era el hijo del secretario privado de don Salvador Allende (Luis Osvaldo Puccio); me estoy refiriendo a Osvaldo Puccio (...) Cuando yo lo vio ahí fue también una cosa impactante, en términos de decir: 'Esto abarca de lado a lado'... Uno tiene la mitad de la cabeza en su misión de bombero, de apagar el fuego, y la otra en la parte humana", indicó Artigas.
"La primera bomba en llegar fue la de la primera compañía, y yo soy la primera persona en entrar al Palacio de La Moneda, porque es la misión de un oficial de mando entrar, evaluar y ordenar", subrayó.
Allende "se quitó la vida"
Alejandro Artigas relató a Cooperativa cómo fue que "accidentalmente" observó el cadáver del Presidente Allende y luego, de manera similar confirmó la noticia de su deceso a la prensa extranjera.
Recordó que en el bombardeo al palacio la oficina de Allende había sido destruida y él se había trasladado hacia el interior, "a metros de la puerta de Morandé 80, lo que se conocía como 'el Salón de la Independencia'. Es ése el lugar donde yo tengo la posibilidad accidental, involuntaria, casual, de estar en el lugar donde estaba el cadáver del Presidente Allende (...) Estaba sentado, semi acostado, con la cabeza inclinada", indicó.
Verlo así fue "un golpe fuertísimo", dijo Artigas.
"Yo ingresé ahí porque había otro muchacho que tenía que ingresar con un foco de luz para una filmación de periodistas que estaban ahí, y este muchacho quedó paralizado con esta imagen. Entonces yo tomo el foco –no me correspondía- y el impacto es gigantesco", dijo el bombero, resaltado que si "uno ve cualquier ser humano fallecido eso ya lo impacta"; más aun en este contexto.
Por este episodio, años más tarde, "en dos o tres oportunidades fui interrogado" por "actuarios o secretarios" del juez Mario Carroza, "y repetí exactamente lo mismo: a mi juicio -porque yo no vi, naturalmente, el desenlace- por la posición, por las cosas que vi, efectivamente el Presidente efectivamente se quitó la vida", dijo.
Confirmación a la prensa
El bombero añadió que luego, al día siguiente del golpe, "en forma absolutamente accidental" le confirmó a la BBC que Salvador Allende había muerto.
"Estaba cansadísimo, muy agotado por lo que había pasado, tras muchas horas de trabajo, muchas horas de tensión, yo recibí un llamado muy temprano el día 12 de septiembre. Alguien me habla, me pregunta, y yo le digo que por instrucciones reglamentarias no puedo darle ningún antecedente", explicó.
"Estamos averiguando esto y es muy importante que alguien nos confirme...", dijo la voz al otro lado de la línea.
"Yo no puedo darle ningún antecedente", respondió Artigas, "y la persona al otro lado de la línea dice: 'Por lo menos confírmeme algo: ¿El Presidente está muerto?'".
Artigas añadió que "yo todo lo que dije fue: 'Sí'. 'Muchas gracias', me dijo y hasta ahí llegó la conversación. Al rato después, supimos que la noticia se había difundido".