Presidente de la Corte Suprema admitió omisiones en dictadura sin pedir perdón
El pleno del máximo tribunal hizo un mea culpa a nombre del Poder Judicial, asegurando que no hicieron "lo suficiente".
Reconoció "una dejación de funciones", que permitió "atropellos" como "muerte, desaparición forzosa, detenciones irregulares y torturas".
"No cabe otra actitud que no sea explicitar el reconocimiento de las graves acciones y omisiones en las que se incurrió", dijo el presidente del máximo tribunal.
El pleno de la Corte Suprema hizo este viernes un público reconocimiento de la omisión de sus responsabilidades y las del Poder Judicial en su conjunto durante la época de la dictadura, evitando, sin embargo, mencionar la palabra "perdón".
Tras una reunión de 14 de sus ministros y luego de que esta semana la Asociación de Magistrados emplazara a la Corte a pedir ese "perdón", su presidente, Rubén Ballesteros, leyó en el salón plenario del Palacio de Tribunales una declaración pública que se concordó en el encuentro de esta mañana, y que se vincula con "un nuevo aniversario del 11 de septiembre de 1973".
Los ministros consideraron "un deber" reconocer que "el quiebre de la institucionalidad democrática permitió la instalación de un régimen cívico militar que violentó las garantías fundamentales de los ciudadanos de nuestro país", registrándose hechos como "muerte, desaparición forzosa, detenciones irregulares y torturas", que "hoy día casi nadie en el país niega".
"No cabe sino reconocer que si esos atropellos efectivamente ocurrieron, en parte se debió a la omisión de jueces de la época que no hicieron lo suficiente", pero principalmente a que "la Corte Suprema de entonces no ejerció ningún liderazgo", pese a que las violaciones a los derechos humanos "le fueron denunciadas a través de numerosos requerimientos judiciales", dijo Ballesteros.
El "máximo tribunal, reflexionando sobre los hechos de la época y el rol que le correspondió al Poder Judicial" debe concluir que "no cabe otra actitud que no sea explicitar el reconocimiento de las graves acciones y omisiones en las que se incurrió", dijo el ministro.
Sin respuestas por la ausencia de la palabra "perdón"
Este actuar en dictadura "constituyó una dejación de funciones jurisdiccionales", lo que ahora queda sentado para todos los miembros del Poder Judicial, y también hacia "las generaciones ciudadanas que vengan, para que ese comportamiento no se repita".
La declaración leída por Ballesteros finaliza señalando que la Corte Suprema "insta a todos los jueces de la República" a seguir trabajando en el esclarecimiento de los casos de violaciones a los derechos humanos, así como velar por su "promoción".
Finalizada la lectura y consultado sobre por qué el texto no menciona la palabra "perdón", el magistrado declinó responder.
Esta declaración de la Suprema llega un día después de que el Presidente Sebastián Piñera señalara que durante la época de Pinochet "el Poder Judicial no estuvo a la altura de sus obligaciones y desafíos", ya que "pudo haber hecho mucho más" para cumplir "su mandato constitucional de cautelar los derechos de las personas y proteger las vidas".