Uno de cada tres nuevos pobres europeos en 2025 será español, según informe
Pobres aumentarán en Europa y ocho millones serán españoles según informe.
Un 42 por ciento de población en España sería pobre.
Europa y España se encaminan a una sociedad dual, mucho más pobre, más injusta y más desigual.
Veinticinco millones de europeos se verán sumidos en la pobreza en 2025 si los gobiernos no abandonan las medidas de austeridad, ocho millones de los cuales serán españoles, lo que supone uno de cada tres de los nuevos pobres de Europa.
Este "panorama catastrofista" es el que dibuja el informe "la trampa de la desigualdad", realizado por Intermón Oxfam en los distintos países europeos, cuyos datos españoles se presentaron este miércoles en rueda de prensa y que reflejan que la sociedad será más desigual y más pobre si no hay un cambio de rumbo.
Según el estudio, de mantenerse la tendencia actual, en 2025 España podría tener 20 millones de pobres, 7 millones más que actualmente, lo que representaría el 42 por ciento de la población.
La responsable de investigación de Intermón y coautora del informe, Teresa Cavero, resaltó que desde 2008 el número de pobres se incrementó a razón de medio millón cada año y alertó de que "se están sentando las bases de una sociedad tremendamente injusta", y la brecha de la desigualdad se está "disparando".
Antes de la crisis, el 20 por ciento de los más ricos ganaba 5,3 veces más que el 20 por ciento más pobre y en 2025 podría ingresar 18 veces más.
"Generación perdida"
El informe destaca también la existencia de "una pobreza activa", la que se da entre la población ocupada, "una bolsa de pobreza creciente", que, según Cavero, tiene su origen en la reforma laboral, que favorece el despido y los empleos precarios, y merma la capacidad de negociación con las empresas.
La responsable de Intermón Oxfam subrayó que Europa se enfrenta a una "generación perdida" y alertó de que tardará 25 años en recuperar los niveles de bienestar de 2008.
A juicio de los responsables de la ONG, Europa y España se encaminan a una sociedad dual, mucho más pobre, más injusta y más desigual, aunque consideran que "la buena noticia es que hay soluciones".
Para ello, piden un "giro rotundo" de las políticas de austeridad y proponen medidas urgentes, como resolver el problema de la deuda pública y los intereses que genera, cambios en el sistema financiero, programas de estímulo económico centrados en la creación de empleo o más inversiones en servicios públicos.