Las bajas estimaciones de participación para la segunda vuelta
"Por primera vez, más gente se quedará en la casa que la que irá a votar", según el UDI Gonzalo Müller.
Pepe Auth (PPD) pronostica que votarán unos seis millones de personas.
Según los analistas, mientras más incertidumbre hay sobre el resultado, más electores concurren a las urnas.
Una de las mayores interrogantes para la elección del día domingo es, según varios analistas, cuántas personas irán a votar. Los expertos consultados por Cooperativa coincidieron en proyectar un aumento en la abstención electoral respecto de la primera vuelta.
Al mirar las cifras históricas se observa que el año 2000, en la segunda vuelta entre Lagos y Lavín, participó más gente que en la primera; pero después, en los balotajes Bachelet-Piñera y Piñera-Frei, el número de votantes fue menor. Es decir, no es un patrón general que en segunda vuelta vote menos gente que en primera.
De acuerdo a los expertos electorales, la norma parece ser que "a mayor incertidumbre sobre el resultado, más electores van a las urnas".
El pasado 17 de noviembre participaron 6,6 millones de electores, o sea, poco más del 50 por ciento del padrón, pero como el resultado del domingo -sobre la base de todos los sondeos- parece previsible, las proyecciones son más bien pesimistas.
"Yo creo que estamos condenados a que participe menos gente en la segunda vuelta que en la primera. Si hubiera que apostar no me sorprendería que votaran seis millones", dijo el diputado y experto electoral del PPD Pepe Auth.
"Ya es un hecho que tenemos problemas de participación. Va a estar entre los cinco millones 700 mil y seis millones. Por primera vez en una elección presidencial va a haber más gente que se quede en la casa que la que vaya a votar", pronostica el analista electoral de la UDI Gonzalo Müller.
El sociólogo Axel Callís, de Impakta Consultores, cree, en cambio, que "no hay que generar tanto alarmismo con respecto a la participación".
"Obviamente que uno piensa y se deja llevar hacia una baja -que es lo más probable-, pero en términos duros, científicos, no hay ningún elemento para que uno pueda decir que va a haber una baja, salvo olfato, sensaciones, que más bien tienen que ver con subjetividades", indica Callís.
¿A quién perjudica y beneficia?
El 17 de noviembre Michelle Bachelet obtuvo 3 millones 70 mil votos, casi el doble del millón 645 mil que alcanzó Matthei. El resto de los postulantes a La Moneda se repartió 1,8 millones de sufragios..
"¿A qué candidata le podría afectar más esta posible mayor abstención en la segunda vuelta?", consultamos a los expertos.
"Si hay alguien que no va a ir son los que estuvieron involucrados con los candidatos que no pasaron a la segunda vuelta. Ahí hay un potencial de electores que podrían ser tanto para Bachelet –a lo mejor un poco más- que para Matthei" si el sufragio fuera obligatorio, dijo Axel Callís.
Según Gonzalo Müller, "una participación baja favorece a aquéllos que tienen una posición más consolidada en la elección".
En dicho sentido, "la abstención es hoy día la gran adversaria de Evelyn Matthei. La 'persona' a la que tiene que derrotar es la abstención si es que quiere tener una opción real", dice el representante gremialista.
En opinión de Pepe Auth, "la gente que no va porque cree que Michelle Bachelet está segura se anula con la gente de derecha o similar que no va porque cree que está perdida su candidata, entonces, al final va a afectar a ambas" la abstención, según el ex timonel PPD.
En el entorno de Matthei apuntan no a los electores de los candidatos que quedaron en el camino, sino a los que no votaron en noviembre, pero en el de Bachelet también han reforzado su invitación a acudir a las urnas, en el entendido de que esperan un triunfo no sólo en el porcentaje mayoritario de votos sino también en la contundencia que esté detrás de ese porcentaje.
"Sesgo social"
En las últimas elecciones, a partir de la instauración del voto voluntario, ha entrado al debate un fenómeno llamado "sesgo de clase" o "sesgo social", que dice relación con que en las comunas más acomodadas la participación es notoriamente mayor que en las más postergadas.
Expertos apuntan que esta tendencia, sin embargo, también se veía en la época en que había que inscribirse en los registros electorales.
En definitiva, ¿cómo afectará el sesgo la elección del domingo?
Según Axel Callís, el fenómeno no es generalizado, sino que se da sólo en cinco comunas donde se dispara la participación: Las Condes, Vitacura, Ñuñoa, Providencia y La Reina.
"Tiene que ver con la capacidad para movilizarse a votar: el hecho de que las personas tengan que movilizarse a votar, que tengan que pagar la micro, que tenga que ser el domingo –cuando la gente pobre es la que trabaja el domingo, la gente con más recursos no trabaja los domingos-", dice el sociólogo.
Gonzalo Müller apunta que la baja participación se nota en las comunas pobres que son urbanas y grandes, donde cuesta más desplazarse, pero no en las rurales: "Hay otros tipos de fenómenos que están atenuando un poco esta lógica del sesgo de clase, como el tamaño y la relación urbana y rural".
"Desde el punto de vista de sesgo social, éste no ha empeorado, más bien o se ha mantenido –en el peor de los casos- o se ha reducido levemente", acota Pepe Auth.