Investigadores chilenos secuencian por primera vez el genoma de la uva sultanina
Es la uva blanca sin semilla es la más exportada de Chile.
Con esto se podrá mejorar su calidad.
La variedad sultanina que es un ícono de las exportaciones de fruta de Chile.
Por primera vez investigadores chilenos analizaron y describieron el genoma de la uva blanca sin semilla más importante para Chile, la variedad sultanina que es un ícono de las exportaciones de fruta de Chile, al ser la segunda variedad de uva de mesa más exportada del país.
El avance científico, que se publicó el pasado 7 de enero en BMC Plant Biology, también creó el primer catálogo de variantes genéticas estructurales de la uva y desarrolló una nueva herramienta para estudios genómicos en cultivos frutícolas que permitirá mejorar la producción, almacenamiento y distribución de este tipo de uva, al mismo tiempo que se abre la posibilidad de apoyar el desarrollo de nuevas variedades.
El trabajo fue realizado por investigadores del Centro FONDAP de Regulación del Genoma, el Centro de Modelamiento Matemático (CMM) de la Universidad de Chile, el Centro de Biotecnología Vegetal de la Universidad Andrés Bello (UNAB) y del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA).
"Son muchos los beneficios, al conocer el genoma de este especie, ya que permite hacer análisis directo en identificación de genes relacionados con las cualidades propias que caracterizan la uva de mesa y poder potenciarlas a gusto del consumidor de manera de tratar además problemas con el control de plagas, el crecimiento de la baya, entre otras cosas", dijo el ingeniero en bioinformática e integrante del CRG, Carol Moraga.
Cuando los investigadores generaron el genoma de sultanina, se analizaron todas las cadenas de genes y fueron comparadas con otro genotipo de vides de vino, emparentado con la variedad pinot noir y que sirve de genoma de referencia para la especie.
Los investigadores lograron establecer que el genoma de la uva de mesa, se parece en más de un 80 por ciento al de la uva de vino. Sin embargo, posee diferencias importantes.
Es así como se lograron identificar 240 genes nuevos y una serie de variantes estructurales, o grandes diferencias genéticas entre ambos tipos de uva, entre las cuales estarían las responsables de la falta de semillas.