Armando Manzanero: "Los 'te amo' no se van a decir con reggaeton"
Este domingo la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación de EE.UU. le rendirá homenaje.
El cantautor mexicano conversó con BBC Mundo sobre este premio y su música.
Armando Manzanero compuso éxitos como "Somos novios" y "Esta tarde vi llover".
Al contestar la primera pregunta, uno cae en la cuenta que Armando Manzanero no responde sino que recita. Mientras avanza sobre la respuesta no puede evitar la tentación de compositor de jugar con las palabras para que aparezca un verso. Y cada tanto, nos canta. Su voz se desliza sobre versos y se convierte en una canción.
"Qué gusto conversar con la BBC, se escucha como si estuvieran acá en frente", nos dice al levantar el teléfono y comenzar la entrevista desde Ciudad de México.
El maestro Manzanero, de 78 años, quien ha grabado más de 30 discos y artistas como Elvis Presley, Frank Sinatra, Tony Bennett, Luis Miguel, Julio Iglesias y Chavela Vargas han entonado sus canciones, recibirá este domingo, junto a Los Beatles, el premio Grammy a la trayectoria musical por parte de la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación de Estados Unidos.
"Pues lo que me tiene más entusiasmado es el representar a mi país con algo que tanto admiro como son The Beatles. Y me parece también importante para que la música de ese México que tanto amo, siga siendo importante y continúe creciendo", le cuenta Manzanero a BBC Mundo.
Ancestro maya
Armando Manzanero Canché nació en Mérida, capital del estado de Yucatán, sur de México, el 7 de diciembre de 1935. Cuando llegó al mundo lo recibieron con música: su padre, Santiago, era trovador y se ganaba la vida cantando por los pueblos.
Pero lo romántico, esa capacidad de entrelazar corazones con palabras, le llegaría de otra ribera, la de su madre Juanita y su abuela Rita, de ascendencia maya.
"Mis ancestros tienen que ver mucho con eso. Yo creo que es la esencia de lo que yo he hecho. Cuando uno estudia la vida de los mayas se da cuenta que dedicaron mucho tiempo a la poesía, a la escritura, a la astronomía, cuando se pusieron guerreros cuando llegaron los conquistadores. Entonces el hecho de que le hayan enseñado a sus hijos qué pájaros no se podían cazar porque cantaban o la manera de estudiar las estrellas, tiene mucho que ver con lo que he compuesto", relata.
Y esa inspiración verbal le ha traído la alabanza de los más encumbrados escritores. En alguna ocasión, el Nobel colombiano Gabriel García Márquez afirmó que el compositor de "Contigo Aprendí" era uno de los mejores poetas que existen y el reservado Carlos Monsiváis lo definió sin flores: "A Manzanero solo lo reemplaza Manzanero".
"Las palabras me vienen del mundo que me tocó vivir. Yo cuando era niño viví junto al mar, viendo las cosas naturales. Viendo todos esos atardeceres y amaneceres. El tema es que ahora la gente, especialmente los muchachos, están metidos en sus aparatos y no observan lo que tienen alrededor. Y la época que me tocó vivir fue la del diálogo, de la broma, que es gran parte de lo que soy, porque en mi tierra son muy bromistas. De no tomar todo en serio, de muy buen vivir, muy afectos a la música", expresó.
Somos Novios
"Nunca en el mundo" -una canción de 1950 que habla sobre la distancia-, es su primera composición. Después llegarían 400 más. Armando Manzanero insiste que en 60 años nunca ha dejado de trabajar y que para él cualquier instante sirve como idea, como motivo para una letra o para una melodía. "Somos novios", una de las canciones más versionadas de su repertorio, surgió de una cuarentena por gripe antes de un concierto en Aguascalientes.
Sirve también, en ese orden de ideas, la lluvia que cae de repente. "'Esta tarde vi' llover es una canción sobre la ausencia. Un día, después de recibir un pago, me quería ir a comer algo con mi familia, pero ellos no podían y cuando llamé a un amigo muy cercano, tampoco podía porque estaba reunido con José Alfredo Jiménez. Entonces me siento, solo, a comer algo y afuera se larga un aguacero. Era extraño, porque era octubre y las lluvias terminaban en septiembre", recuerda.
Y añadió "pero lo cierto es que se puso a llover y la gente empezó a correr, sorprendida y yo estaba ahí, solo. Entonces se me ocurrió (comienza a cantar) Esta tarde vi llover, vi gente correr y no estabas tú. Y yo no tenía con quién compartir mi comida con ese paisaje tan hermoso que es la lluvia".
Cualquier motivo se podía volver una historia de amor, como el acto de magia que efectuaba uno de sus ídolos musicales: José Alfredo Jiménez. El compositor de "El rey", que no sabía tocar ni la guitarra y se guiaba con silbiditos a través de la creación de sus canciones, fue un cercano colega de Manzanero.
"¿Sabe qué aprecié de él? Ese cambio tan bello que le hizo a la música mexicana. Si usted la escuchaba antes de José Alfredo, la gente cantaba es que estoy en busca de la ingrata que se fue con mi querer. Todo era bravería, todo era sobre ser muy macho. Entonces viene José Alfredo y dice me cansé de rogarle, me cansé de decirle que yo sin ella de pena muero o si sus labios se abrieron fue pa' decirme ya no te quiero. Al escucharlo yo vi que él sentía lo mismo que yo quería expresar en mis canciones".
El rigor de la métrica
Sin embargo, a pesar de su vocación de cigarra bohemia, Manzanero ha construido su prestigio bajo un régimen de laboriosidad y orden. En varias oportunidades las aclaraciones sobre su trabajo abandonan lo metafísico del amor y se ajustan a los rigores de la métrica musical.
"El bolero son cuatro cuartos. Y muchas veces la música romántica se excede en esa medición. Esa es su gran diferencia", me indica cuando le pregunto por que bolero y balada no son la misma cosa.
Acepta que ha logrado reinventarse varias veces, especialmente en las dos últimas en décadas. Primero con el disco que produjo para el mexicano Luis Miguel, "Romances", en 1991. Y seis años después con la canción para la telenovela del canal TV Azteca, "Nada personal".
"Yo le podría decir a usted que la genialidad del compositor ocupa el 25% y lo demás es insistir, buscar quien te grabe. No decepcionarse cuando te digan que no les gusta tu canción. El Grammy que me van a dar es por el trabajo. Llevo 63 años componiendo y cantando. De no desilusionarme, de no rendirme. De trabajar duro", relata.
La entrevista concluye. El tiempo se acaba y nos regala un pedazo de "Por debajo de la mesa", con una carcajada de alegría posterior. La pregunta final es por el futuro. El suyo, el de la música romántica por encima de tanto computador, sample y aplicación que anda por ahí.
"Por supuesto que va a sobrevivir, porque hay una cosa muy importante para nosotros los latinoamericanos, mientras las parejas se necesiten decir te amo, no se lo van a decir con reggaeton", concluye.