Tribunal condenó a diputado surcoreano por conspirar contra el gobierno
Lee Seok-ki ideó plan para volar infraestructura en caso de guerra con Corea del Norte.
Parlamentario negó todas las acusaciones y las atribuyó a un complot.
El parlamentario milita en la colectividad de extrema izquierda Partido Progresista Unificado (PPU).
Un tribunal de Corea del Sur condenó a un diputado de la Asamblea Nacional (Parlamento) a 12 años de prisión por organizar una rebelión contra el Gobierno, en un caso sin precedentes en la historia democrática del país.
Lee Seok-ki, de la formación de extrema izquierda Partido Progresista Unificado (PPU), diseñó un plan para volar autopistas, ferrocarriles y otras infraestructuras en Corea del Sur en caso de guerra con Corea del Norte, según el fallo del tribunal de Suwon, al sur de Seúl.
Desde que Corea del Sur adoptara la democracia en 1987, nunca antes un miembro activo del Parlamento había sido declarado culpable de conspirar para derrocar a un Gobierno elegido en las urnas.
La corte, que adicionalmente declaró a Lee culpable de simpatizar con Corea del Norte en violación de la Ley de Seguridad Nacional del Sur, también privó al diputado de algunos de sus derechos civiles, como el sufragio, durante 10 años después de su salida de la cárcel.
Según los documentos presentados ante el juez, Lee Seok-ki, de 52 años, lideró el grupo clandestino Organización Revolucionaria (RO), en cuyas reuniones secretas entre marzo y agosto pasado tramó la conspiración junto a 130 miembros.
Asimismo, el fallo sostiene que el diputado realizó comentarios y entonó canciones "revolucionarias" a favor de Corea del Norte frente a cientos de asistentes a las reuniones, además de poseer publicaciones favorables al régimen comunista del país vecino.
El diputado ha negado rotundamente todas las acusaciones y las atribuye a un complot del Servicio Nacional de Inteligencia (NIS) surcoreano como parte de una "caza de brujas" del Gobierno de la conservadora Park Geun-hye.
La actual jefa de Estado es hija del fallecido dictador Park Chung-hee, ferviente anticomunista que gobernó Corea del Sur con mano de hierro durante los años 70 y 80.
Desde que la presidenta tomara el poder, han aumentado las persecuciones policiales a supuestos simpatizantes de Corea del Norte y el ejecutivo incluso formuló la petición de ilegalizar el PPU, que es el tercer partido político del país, tras acusar a algunos de sus miembros de conspirar a favor del régimen de Kim Jong-un.
La Ley de Seguridad Nacional de Corea del Sur, promulgada en 1948 con un marcado carácter anticomunista, prohíbe toda acción que sirva para "preparar, conspirar, hacer propaganda o instigar una rebelión contra el Estado".