Gobernadora de Arizona vetó polémica ley contra homosexuales
Norma permitía a empresarios acogerse a sus creencias religiosas para negar servicios a los gays.
Jan Brewer aseguró que la legislación "podría dividir Arizona en formas que ni siquiera podemos imaginar".
Manifestantes agradecieron la decisión de la gobernadora Jan Brewer.
La gobernadora del estado de Arizona, Jan Brewer, vetó la ley que permitía a los empresarios acogerse a sus creencias religiosas para negar servicios a los homosexuales.
En una comparecencia pública en la sede de su oficina, Brewer aseguró que la ley de libertad religiosa que había aprobado la semana pasada la cámara legislativa, de mayoría republicana, podría tener "consecuencias negativas no deseadas" para el estado de Arizona.
La gobernadora afirmó que entre sus objetivos siempre ha estado proteger la libertad religiosa, pero también evitar "la discriminación" de las personas.
"La libertad religiosa es un tema central estadounidense y un valor en Arizona, como lo es la no discriminación", aseguró Brewer, quien se mostró convencida de que la ley tenía "el potencial de crear más problemas de los que pretende resolver".
A su juicio, la norma aprobada por la cámara legislativa "podría dividir Arizona en formas que ni siquiera podemos imaginar".
La gobernadora explicó que se había reunido con partidarios y detractores de la ley y había concluido que la ley era demasiado "amplia" y podía tener consecuencias negativas.
Brewer se mostró convencida de que la ley que había aprobado la cámara legislativa no estaba encaminada "a preocupaciones sobre libertad religiosa", y añadió que entre la documentación que le han presentado asesores, ciudadanos y legisladores no ha encontrado ejemplos de que la ley fuera a beneficiar la libertad religiosa.
Mientras se producía la comparecencia, grupos de personas se manifestaban en las calles que rodean la sede de la gobernación con carteles en los que decían: "Gracias gobernadora Brewer".
En los últimos días más de 80 grandes empresas del país, como Apple y American Airlines, habían protestado por la polémica ley, contra la que también se pronunciaron la Casa Blanca y el secretario de Estado, John Kerry.