27 cosas que conviene saber sobre la felicidad

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Autor: Cooperativa.cl

La lista realizada por incluye datos científicamente probados sobre el camino a la felicidad.

Científicos han comprobado diversos mitos sobre la felicidad.

La semana pasada se celebró el Día Internacional de la Felicidad y a raíz de esto, muchos se preguntaron cómo alcanzar la felicidad plena.

No hay respuestas y muchos son los factores que pueden afectar las sensaciones que finalmente influyen y contribuyen a la satisfacción. Es por esto que Huffington Post recopiló 27 datos científicamente probados sobre el camino a la felicidad.

La felicidad es una elección: Como dijo Aristóteles, "la felicidad depende de ti". Quizás, la forma más simple de encontrarla es aceptar que depende de nosotros mismos. Un 40 por ciento de nuestros niveles de felicidad está a nuestro alcance, según un estudio de 2013. Para aprovechar bien la felicidad, adopta pequeños hábitos -como alargar los instantes positivos y obligarte a sonreír- y así empezarás a sentir alegría por ti mismo.

El clima también puede influir en tu sentimiento de felicidad: Si vives en una zona templada, es posible que seas una persona más alegre. Algunas investigaciones han descubierto que existe una correlación entre la felicidad y el clima suave. Al igual que las temperaturas cálidas pueden animarte, unas condiciones climatológicas más duras pueden tener un efecto negativo. Durante los meses de invierno, muchas personas desarrollan un trastorno afectivo estacional, debido en gran parte a la falta de luz que conlleva dicha estación.

La felicidad tiene fragancia: Si quieres sentir más alegría, quizás es el momento de parar y empezar a oler rosas. Tal cual. En la Universidad de Florida, han descubierto que el olor de las flores tiene una influencia positiva en las emociones. Otros estudios revelaron que algunos perfumes tiene un efecto prosocial y hacen que la gente sea más altruista.

La música puede levantarte el ánimo: ¿Una canción alegre puede animarte? En un estudio publicado en el Journal of Positive Psychology, se demostró que los que escuchaban música estimulante tenían más capacidad para estar de buen humor.

La felicidad aumenta cuando te haces mayor: Quizás es el momento de olvidarse de todas las creencias sobre la felicidad y la juventud. Los resultados de 2013 de los sondeos de Harris Poll mostraron que la satisfacción es más alta en los adultos entrados en edad que en los más jóvenes. Casi el 50 por ciento de los estadounidenses mayores de 65 es muy feliz, frente a solo el 31por ciento de las personas entre 18 y 24 años.

Ser generoso también puede hacerte feliz: Ya sea mediante una organización benéfica o mediante un gesto amable, el altruismo nos hace más felices. Un estudio descubrió que la alegría de ser voluntario incluso podía aumentar la longevidad.

La alegría es contagiosa: Relacionarte con gente feliz también te hará más feliz a ti, según un estudio publicado en el British Medical Journal. La investigación reveló que si un amigo íntimo tuyo es feliz, se incrementan en un 15 por ciento tus posibilidades de ser feliz. Incluso si a tu alrededor la gente está contenta (aunque no la conozcas muy bien o sea amiga de tus amigos), aumentan un 6% las oportunidades que tienes de estar contento.

Ponerte un poco nostálgico puede ayudarte a ver el lado bueno de las cosas: Recordar el pasado con cariño nos hace mirar al futuro con optimismo, de acuerdo con un estudio de Personality and Psychology Bulletin. Los investigadores descubrieron que los recuerdos del pasado ayudan a mantener la sensación de autoestima, y aumentan el optimismo por lo que está por venir. Asimismo, la nostalgia nos ayuda a sentirnos menos solos. Parece una buena excusa para ponerse a hojear esos álbumes de fotos antiguas.

La gente feliz prefiere tener conversaciones más profundas: Los seres humanos exuberantes son mariposas sociales, pero solo si evitan los comentarios banales. Los investigadores de la Universidad de Arizona descubrieron que el pico de la felicidad crecía cuando, durante una interacción social, la gente entablaba conversaciones más sustanciales.

Una mente rápida está relacionada con la positividad: Si eres ingenioso y presumes de leer muy rápido, quizás tu actitud es más optimista. Un estudio publicado en Psychological Science descubrió que la felicidad suele estar asociada con la rapidez de los pensamientos.

La satisfacción en el trabajo puede influir en tu felicidad: Un examen publicado en el Journal of Occupational and Organizational Psychology relacionó la felicidad y el trabajo con la satisfacción vital y la felicidad en general. Otro estudio llevado a cabo por la Universidad de Aberdeen reveló que el sentirse realizado en el trabajo se consideraba uno de los factores más importantes para el bienestar y la felicidad.

Algunos alimentos pueden hacerte más feliz: La clave para impulsar tu felicidad puede encontrarse en tu dieta. Los alimentos como las nueces, el pollo y la leche contienen niveles más altos de triptófano, que puede generar la producción de serotonina, una sustancia que contribuye a la calma y a la felicidad.

El matrimonio protege frente a los bajones de la etapa adulta: Cualquier estructura familiar conlleva su propia felicidad: aunque las parejas casadas sin hijos aparecían como las más felices en un reciente estudio dirigido por la Universidad Abierta del Reino Unido, los resultados del sondeo también revelaron que las madres están más satisfechas con su vida en comparación con el resto de grupos.

Descansar un poco la vista nos puede ayudar a mantener nuestros pensamientos positivos: Con un experimento en el que se observaba a estudiantes de universidad con falta de sueño, se descubrió que los participantes retenían menos palabras positivas de una lista de términos que habían memorizado previamente. Asimismo, un estudio de 2013 llevado a cabo por la Universidad Cornell reveló que una actitud optimista ante la vida ayuda a dormir mejor.

El país más feliz está en Europa: Por segundo año consecutivo, Dinamarca se ha coronado como el país más feliz del mundo en el Informe Mundial sobre la Felicidad de Naciones Unidas.

Aproximadamente, existen 18 tipos diferentes de sonrisas: Los científicos clasifican las sonrisas en un amplio rango, desde las de diversión hasta las risitas avergonzadas.

La gratitud te puede ayudar a llevar una vida más feliz: Ser agradecido te puede ayudar a ser una persona más alegre, según los investigadores de la Universidad de California en Berkeley. La gratitud también promueve una actitud más positiva frente la vida e incluso puede contribuir a reducir el estrés. "La vida es una serie de problemas que tienen que resolverse; muchas veces, dichos problemas causan estrés", explicó al HuffPost Healthy Living el Doctor Robert Emmons, que investiga sobre la gratitud y es profesor de psicología en la Universidad de California en Davis. "La gratitud puede destruir el estrés", afirmó.

Las mascotas también te hacen más feliz: Cuando acariciamos a nuestros amigos peludos, la oxitocina (también conocida como "la hormona del amor") se libera en nuestro cerebro, lo que nos hace felices de forma instantánea. Esta hormona también contribuye a disminuir los niveles de estrés y a bajar nuestra presión sanguínea.

La gente está más feliz por las mañanas: Cuando sale el sol, mejora tu humor. Un estudio de la Universidad de Cornell descubrió que los mejores momentos del día ocurren nada más levantarte de la cama. Los investigadores analizaron los tuits de 2,4 millones de personas alrededor del mundo y descubrieron que el número de mensajes positivos alcanzaba su máximo al comienzo del día y se iban haciendo más negativos a medida que las horas pasaban.

El ejercicio hace que te sientas mejor: ¿Has tenido un mal día? Quizás, salir a correr un rato puede ser la mejor solución. Las investigaciones demuestran que solo 20 minutos de actividad física pueden tener pequeños beneficios positivos que se alargan una vez que dejamos de hacer deporte, recogió el SELF Magazine. Los neurotransmisores que nos hacen sentir bien, como la serotonina, la dopamina y la norepinefrina, aumentan cuando hacemos ejercicio.

Nuestro cerebro suele tender a la negatividad, pero es posible superarlo: Aunque por naturaleza vivimos en la negatividad, hay forma de conectar nuestro cerebro para que se concentre en la alegría. Según Rick Hanson, autor de Hardwiring Happiness: The New Brain Science Of Contentment, Calm and Confidence, todo consiste en pasar más tiempo pensando en las cosas positivas; así, el cerebro se entrena para concentrarse de forma natural en los momentos felices. "(Reflexionar sobre lo positivo) ayuda a que un estado mental pasajero se convierta en un rasgo neurológico duradero", explicó Hanson a HuffPost Healthy Living. "Esa es la clave: intentamos que lo bueno cale en nosotros. Esto significa hacer de nuestras experiencias positivas puntuales un recuerdo emocional duradero", añadió.

Tu felicidad depende muy poco de circunstancias externas como poseer una casa o un coche: Según Sonja Lyubomirsky, autora de The How of Happiness: A Scientific Approach to Getting the Life You Want ("El cómo de la felicidad: un enfoque científico para conseguir la vida que quieres"), la composición de nuestra felicidad rara vez depende de nuestras cuentas bancarias o de nuestro atractivo físico, puesto que nos adaptamos rápidamente a la mayoría de situaciones. "Al final, ya tengamos una furgoneta o un Lexus, ya tengamos hipertensión o asma, nuestra capacidad para ser felices o para aumentar nuestra felicidad no varía demasiado", explicó la especialista a U.S. News en 2008. A pesar de que los genes pueden afectar a nuestros niveles de felicidad aproximadamente en un 50 por ciento, esto no significa que no podamos aprender a ser más alegres. "Tú mismo puedes aprender a ser optimista y feliz, al igual que aprendes un idioma nuevo", afirma el investigador Shawn Achor. "Seguirás tu genética a menos que implantes hábitos positivos en tu vida".

Las experiencias valen más que las posesiones: ¿Estás pensando en comprarte algo? Quizá, te interese más buscar unas vacaciones o un concierto. A largo plazo, te hará más feliz. Un estudio de la Universidad Estatal de San Francisco en el que participaron casi 160 personas reveló que, si bien la mayoría no se arrepentía de sus compras, los que se centraban en sus experiencias mostraron mayor satisfacción mucho tiempo después de que el momento feliz pasara.

No deberíamos obsesionarnos con la búsqueda de la felicidad: Concentrarse demasiado en la felicidad puede ser, a largo plazo, más negativo que positivo. Investigadores de la Universidad de California en Berkeley descubrieron que una búsqueda constante de la felicidad incluso puede causar un sentimiento de soledad. 

Las emociones positivas pueden aumentar tu resiliencia: La gente que se toma la vida con optimismo es capaz de resolver sus desafíos con más facilidad, según un estudio de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill. Los participantes que eran más propensos a mirar las cosas desde un punto de vista positivo tenían más capacidad para superar los momentos de adversidad y manejar mejor el estrés. El buen humor también ayuda a la gente a sentir más fortaleza física. El estudio también descubrió que los que poseían una visión más positiva eran capaces de estabilizar su frecuencia cardiaca con más rapidez que los que se veían influenciados por la negatividad.

Existe una diferencia entre una vida feliz y una vida plena: Está claro que la felicidad añade valor y sentido a tu vida (y viceversa), pero, de acuerdo con un reciente estudio, las dos cosas no siempre son lo mismo. Una investigación publicada en el Journal of Positive Psychology sugiere que aunque a veces se superponen, la felicidad está directamente ligada con la obtención de lo que queremos (ya sea dinero, relaciones, etc.), mientras que, para llevar una vida plena, el esfuerzo y la solidaridad juegan un rol más importante. Los investigadores también descubrieron que una vida plena implica más estrés, más retos y más miradas al pasado, al presente y al futuro. Mientras tanto, los que buscan la felicidad se concentran sobre todo en el momento presente.

Cuanto más mayor te haces, más feliz eres con los instantes cotidianos: Los investigadores de la Universidad de Dartmouth y de la Universidad de Pensilvania hicieron un estudio en el que analizaban cómo las experiencias ordinarias y extraordinarias de la vida influían en la felicidad global de los participantes. Descubrieron que cuando nos hacemos mayores, las pequeñas cosas son las que cuentan. Independientemente de la edad, los momentos extraordinarios siempre nos producen felicidad, pero a los adultos les satisfacen mucho más los placeres sencillos. Los participantes más mayores veían esos pequeños detalles como algo que les define.