¿Por qué hay tantas personas adictas al cubo de Rubik?
Cuatro décadas después de que empezó a retar al mundo con sus cuadros de colores, el rompecabezas tridimensional aún tiene aficionados que no salen de casa sin él.
El "Cubo mágico" fue inventado en 1974 por el profesor de arquitectura húngaro Erno Rubik.
El tiempo récord en el que un ser humano ha logrado armar el cubo Rubik es 5,55 segundos; un robot es capaz de hacerlo en 3,253 segundos.
Pero es probable que la mayoría de las personas no lo haya conseguido nunca, a pesar de intentarlo durante horas.
40 años después de su nacimiento, el cubo de Rubik sigue confundiendo, frustrando y evocando los años 80, cuando las escuelas estaban repletas de niños que daban vuelta a sus cubos de colores brillantes.
El "Cubo mágico" fue inventado en 1974 por el profesor de arquitectura húngaro Erno Rubik. Después de ser relanzado en 1980 como el "Cubo de Rubik", se vendieron unos 350 millones en todo el mundo.
Como objeto tiene encanto: los colores, el sonido característico al moverse las piezas, la sensación agradable de tenerlo en las manos.
El cubo tradicional tiene seis caras, cada una con tres casillas por tres. Cada cara tiene un color diferente -blanco, rojo, azul, naranja, verde y amarillo. Eso, antes de que el cubo se desordene del todo. El desafío es, entonces, devolverlo a su estado original con cada lado de un solo color.
Todo se basa en una ingeniería impresionante: un eje interno que permite que tanto las filas como las columnas se muevan. Es sumamente difícil. Se cree hay 43 trillones de posiciones posibles para el cubo.
Velocidad
Graham Parker, un constructor de Hampshire, Inglaterra, lo resolvió en 2009 tras intentarlo durante 26 años. Cuando lo logró, confiesa, lloró de la emoción. Su devoción le había causado dolor de espalda e incluso generó tensión en su matrimonio.
Connor Albright, un estudiante de secundaria en Las Vegas, es uno de los fanáticos hoy en día que no habían nacido cuando se desató la fiebre por estos cubos en los 80. "Dedica mucho tiempo" a practicar y posee de 20 a 30 cubos. Su récord para completarlo es de 20 segundos, en promedio.
Los devotos extremos creen que resolverlo es sencillo. El reto es la velocidad, resistencia y superación de obstáculos adicionales, como armarlo con los ojos vendados, por ejemplo.
El récord mundial de velocidad para un solo intento es de 5,55 segundos, establecido por el holandés Mats Valk el año pasado.
En el campeonato mundial la rapidez se determina promediando tres intentos. Para garantizar la imparcialidad, una computadora genera un cubo aleatorio para los competidores.
El vencedor actual tiene 18 años de edad: se trata del australiano Feliks Zemdeg, quien promedió 8,18 segundos el año pasado.
El récord de la mayor cantidad de cubos de Rubik resueltos en 24 horas es de 4.786 y fue establecido por el húngaro Milán Baticz.
Los aficionados al cubo aprenden cientos de algoritmos, un conjunto de movimientos. También deben aprender a tener manos rápidas.
Billy Jeffs, un informático de Hertfordshire, Inglaterra, no tenía ningún interés en el cubo de Rubik hasta que recibió uno en el amigo secreto de su trabajo hace cuatro años. Un colega le apostó US$30 a que no podría resolverlo a la mañana siguiente. Al llegar a casa, miró un video de YouTube y unas horas después lo había conseguido. Según él, una vez que se aprende a solucionar la primera vez es más fácil. Ahora puede hacerlo en 10,15 segundos.
Jeffs sobresale entre quienes se vendan los ojos. El reloj comienza a andar cuando a los participantes se les entrega un cubo que tienen que memorizar. A continuación se tapan los ojos y comienza la fase de intentar resolverlo. Su récord es de 90 segundos lo que lo convierte en el sexto más rápido del Reino Unido.
También existe un récord mundial de armarlo con una sola mano, en poder del australiano Zemdeg: 9,03 segundos. Fakhri Raihaan de Indonesia posee la mejor marca de armar el cubo con los pies, que es de 27,93 segundos.
Pasatiempo
Jeffs admite estar atado a sus cubos: "Es muy difícil salir de la casa sin que lleve al menos uno. Tengo tres en mi bolso". Cada uno es de un tamaño distinto: 5x5, 4x4 y el convencional: 3x3.
Pero no todos los embrujados por el que sigue siendo el rompecabezas más popular del mundo son expertos o campeones: Carina Vermooten, una gerente digital en Pretoria, mantiene un cubo en su bolso.
"Cada vez que tengo un momento libre o estoy esperando en una fila, juego con el cubo y no con mi teléfono". Sólo lo pudo completar una vez, cuando era niña, pero cree que fue un "golpe de suerte".
Para Vermooten, la dificultad es parte de su atractivo. Ella ha tratado de aprender con los tutoriales en internet sin éxito. "Es imposible, uno de los secretos más grandes del mundo. Me gusta el hecho de que sea casi un misterio".