Tony Blair: "No causamos la crisis en Irak"
El ex primer ministro aseguró que la crisis fue planeada en Siria.
Indicó que es necesaria una intervención militar en la zona.
Blair fue uno de los artífices en la caída de Sadam Hussein.
Muchos analistas consideran que la génesis de la crisis que atraviesa Irak, desgarrado por conflictos sectarios y con la amenaza de terminar desintegrado, se encuentra en la invasión de 2003 y el derrocamiento de su entonces presidente Sadam Hussein por parte de una fuerza encabezada por Estados Unidos y Reino Unido que no contó con la aprobación de Naciones Unidas.
Otros aseguran que esa situación se agravó a partir de 2011, cuando el inicio del retiro de tropas estadounidenses dejó desprovisto a un gobierno iraquí debil.
Sin embargo, Tony Blair, el ex primer ministro británico que acompañó en 2003 la iniciativa militar que planeaba el entonces presidente de EE.UU., George W. Bush, asegura que aquella acción "no tiene la culpa" de la violencia insurgente del llamado Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS, por sus siglas en inglés) y otros grupos que desestabilizan a la nación árabe.
Esta semana fuerzas de ISIS ocuparon Mosul, la segunda ciudad del país, y Tikrit, pueblo natal del derrocado Sadam. Mientras tanto, al norte, grupos de la minoría kurda se han activado contra el gobierno central del primer ministro Nuri al Maliki.
En un artículo publicado en su sitio web, Blair asegura que lo que sucede en Irak es el "predecible y maligno efecto" de lo que describe como la inacción de la comunidad internacional en la crisis de Siria.
"Tenemos que liberarnos de la noción de que 'nosotros hemos causado esto'. No hemos sido nosotros", asegura Blair, para quien opinar que la actual crisis es consecuencia directa de la caída de Sadam Husein es una idea "extravagante".
Para Blair, la caída de Mosul y otras ciudades en manos de las milicias insurgentes sunitas de ISIS fue planificada en la vecina Siria, que padece una guerra civil desde hace tres años durante la cual decenas de miles de personas han muerto y millones han debido dejar sus hogares para escapar de la violencia.
Acciones mayores
Blair aplaude al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, por "poner todas las opciones en la mesa con relación a Irak, incluyendo ataques militares contra los extremistas".
El ex primer ministro reconoce que las opciones son "muy feas, es cierto".
"Pero por tres años hemos visto Siria descender en el abismo y, a medida que se hunde, va lenta pero sostenidamente arropándonos y llevándonos hacia abajo con ella".
En agosto pasado las denuncias sobre la realización de ataques con armas químicas por parte de las fuerzas leales al presidente sirio Bashar al Asad generaron una reacción internacional que hizo parecer inminente que se produjera algún tipo de ataque militar contra posiciones del ejército sirio supuestamente responsable por esas acciones.
Pero el gobierno británico del primer ministro David Cameron no obtuvo la autorización del Parlamento para comprometer al país en una iniciativa militar en la que nuevamente participaría al lado de los estadounidenses.
Finalmente la posibilidad de esas operaciones de castigo contra Siria desapareció por la acción diplomática del presidente de Rusia, Vladimir Putin, un estrecho aliado de Asad y quien ha bloqueado en el Consejo de Seguridad de la ONU algunas medidas contra el gobierno de Damasco.
Lo que muchos saludaron como un triunfo de la diplomacia, para Blair es un riesgo.
"Cada vez que posponemos la acción, al final, la acción que nos veremos forzados a tomar será mucho mayor", considera el ex primer ministro laborista.
Afganistán e Irak
Blair dice reconocer las razones por las que las guerras en Afganistán y en Irak fueron vistas de manera tan hostil por la opinión pública, aunque fue algo que en su momento no disuadió a su gobierno de involucrarse en ellas.
"(Siria) no tenía y no tiene que ser como en aquellas acciones militares (...) Donde los extremistas están combatiendo tienen que ser enfrentados duramente, con fuerza. Eso no significa enviar tropas occidentales como en Irak".
"Podemos debatir si nuestras políticas en ciertos puntos han ayudado o no, y si la acción o la inacción es la mejor política. Hay mucho que decir en ambos argumentos. Pero la causa fundamental de la crisis (de Irak) recae dentro de la región, no fuera de ella".
Tras ocupar Mosul, Tikrit y otras poblaciones, ISIS -que considera "infieles" a los chiitas- sigue presionando hacia el sur, a la étnicamente dividida provincia de Diyala.
El viernes, los militantes sunitas combatían grupos chiitas a tan sólo unos 80 kilómetros de los límites de Bagdad, la capital iraquí.
Mientras tanto, la ciudad de Samarra ha sido reforzada con tropas del ejército regular iraquí, ayudadas por milicias chiitas para detener el avance de ISIS que trata de ingresar a la ciudad desde el norte.
Y aunque EE.UU. no ha especificado qué acciones tomará para apuntalar la estabilidad del gobierno iraquí y evitar una eventual desintegración del territorio nacional, un portaviones ha sido enviado a la zona del Golfo Pérsico.
El informe Chilcot
La participación de Reino Unido en la invasión de Irak, que se justificó por la existencia de las nunca encontradas armas de destrucción masiva del arsenal de Sadam, ha sido objeto de varias investigaciones, incluyendo el reporte Chilcot que arrancó en 2009 y sus resultados serán publicados próximamente.
El mes pasado, los investigadores dijeron que se presentará la "esencia" de las conversaciones que Blair y Bush sostuvieron durante la planificación de aquella acción militar.
Algunos han sugerido que Blair ha bloqueado la presentación del reporte o que ha enlentecido las investigaciones, algo que él niega y asegura que los resultados ayudarán a reforzar las razones que motivaron la invasión.