Alejandro Sabella, el encargado de comandar el sueño de Argentina

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Autor: Cooperativa.cl

El entrenador terminará su vínculo con la selección tras la final con Alemania.

 EFE

Argentina y Alemania chocarán este domingo a las 15:00 horas

Alejandro Sabella está a cargo de una selección de Argentina que sueña con llegar a su tercer título mundial. El trasandino de 59 años disputará su último encuentro con la "albiceleste" pues cree que, a pesar del resultado de este domingo, ya cumplió un ciclo que debe cerrar.

"Pachorra", como es conocido en el país trasandino, cumplirá 1.072 días como técnico de su selección, luego de ser durante 17 años el ayudante técnico de Daniel Pasarella.

Como jugador, Sabella fue un enganche que surgió en River Plate (a pesar de ser hincha de Boca Juniors) donde consiguió dos títulos metropolitanos y uno nacional en los años 1975 y 1977.

"Yo era hincha de Boca y justo contra Boca jugaba mis mejores partidos en River", comentó tras ir a probar suerte al club de sus amores a los 16 años y ser rechazado. Posteriormente intentó en Racing, escuadra que no le convenció, hasta que finalmente el conjunto de la "banda sangre" tocó a su puerta para contar con su talento.

En aquella época el deporte no era su única pasión. Alejandro Sabella fue un gran estudiante y tras terminar la secundaria decidió abocarse al derecho entre los años 73 y 75. Sin embargo y a pesar de las ganas, tuvo que dejar de lado esta faceta cuando comenzó a jugar en primera división.

Ya en la década de los 80, emigró al fútbol inglés y defendió los colores de Sheffield United y Leeds United sumando apenas un puñado de goles entre los años 1978 y 1981.

Sin éxito en el viejo continente volvió a su país, esta vez para vestirse con la casaquilla de Estudiantes de La Plata en 1981. Al año siguiente, su escuadra llegó a semifinales del torneo Nacional con un gran equipo que contaba con los nombres de Marcelo Trobbiani, José Daniel Ponce y Miguel Ángel Russo.

El éxito para Estudiantes y Sabella no tardó en llegar, pues durante ese mismo año consiguieron el torneo Metropolitano y en el 83 el título Nacional, en la etapa más fructífera del jugador.

Desde 1985 hasta 1989, "Pachorra" pasó por Gremio de Brasil, volvió a Estudiantes y vivió el ocaso de su carrera en Ferrocarril Oeste para terminar en Irapuato de México.

De ahí en más, el platense siguió abocado al fútbol, esta vez apoyando a Daniel Pasarella como asistente técnico de la selección argentina entre 1994 y 1998. La dupla continuó junta por varios años más y tomaron los desafíos de dirigir a la selección uruguaya (2000/01), a Parma de Italia (2001), Monterrey de México (2002/03), Corinthians de Brasil (2005) y River Plate (2006/07).

Tras finalizar el vínculo con el conjunto "millonario", Sabella estuvo alrededor de un año y medio fuera de la actividad hasta que el club donde triunfó, Estudiantes de La Plata, lo volvió a llamar.

En el cuadro "pincharrata" conformó un equipo de trabajo junto a los ayudantes que en la actualidad lo acompañan en la "albiceleste": Julián Caminos, Claudio Gugnali, y el preparador físico, Pablo Blanco.

Con el equipo platense, consiguió el máximo logro de su carrera, la Copa Libertadores del año 2009, para luego alzarse con el Torneo de Apertura del 2010.

Tras haber firmado un precontrato con el club Al-Jazira Sporting de Emiratos Árabes, le ofrecieron tomar la selección argentina, en lugar del destituido Sergio Batista, por delante de otros candidatos como Carlos Bianchi y Gerardo Martino.

Dentro de los cambios que efectuó en la selección, comenzó por otorgarle la capitanía a Lionel Messi en una clara muestra de confianza. De esta manera, Sabella debutó con un triunfo ante Venezuela por 1-0 y terminó ganando las clasificatorias sudamericanas, acumulando hasta el día de hoy, en partidos oficiales, 26 victorias, 10 empates y cuatro derrotas.

Así es como Alejandro Sabella podrá matricularse en la historia grande del fútbol mundial si es que este domingo a las 15:00 horas (19:00 GMT) logra derrotar a Alemania y consigue darle a la "albiceleste" su tercer título mundial, nada más ni nada menos que en el territorio de su archirrival, Brasil.