Nueva noche de violencia deja dos heridos de bala y 31 detenidos en Missouri
La policía negó tener responsabilidad en los disparos.
Continúan así las protestas por la muerte del afroamericano Michael Brown.
El despliegue de la Guardia Nacional no logró apaciguar la tensión en una de las noches con mayores disturbios.
Dos hombres heridos de bala y 31 detenidos dejó una nueva noche de disturbios y protestas en la localidad estadounidense de Ferguson, en Missouri.
Las protestas pacíficas se tornaron violentas al caer la noche y pese al despliegue de la Guardia Nacional frente a los "delincuentes, no los manifestantes", como puntualizó el capitán de la Patrulla estatal de Carreteras, Ron Johnson, en declaraciones citadas por la edición digital de The Washington Post.
Johnson aseguró en su comparecencia ante la prensa de madrugada que ningún agente policial participó en los tiroteos,y añadió que carecía de información sobre la identidad de los heridos.
El despliegue de la Guardia Nacional no ha logrado apaciguar la tensión en una de las noches con mayores disturbios desde el comienzo de las protestas raciales -hace algo más de una semana- tras la muerte del joven negro desarmado Michael Brown por los disparos de un policía.
Centenares de manifestantes volvieron a ocupar la Avenida West Florissant de Ferguson, epicentro de las protestas, en una concentración que comenzó pacífica y terminó con enfrentamientos, detenciones, dos heridos de bala y el uso de gases lacrimógenos y bombas de humo para dispersar la protesta.
La tensión creció a partir de las 22:00 horas locales (23:00 hora chilena), cuando la Policía comenzó a avisar a los manifestantes de que debían despejar la calle si no querían ser arrestados, después de que varias personas lanzaran cócteles molotov, botellas y otros objetos contra los agentes.
Casi dos horas después, junto antes de la medianoche en Ferguson, los agentes empezaron a avanzar hacia los manifestantes, ataviados con material antidisturbios y alertando a través de los altavoces de que el área dejaba de ser segura, la gente debía volver a sus casas y los periodistas debían salir de la zona de las protestas.
La mayoría de los manifestantes atendieron la orden, aunque un grupo reducido de personas -menos de cien- se resistió y en ese momento se sucedieron los arrestos, que superaron la decena, según los medios locales.