Gobierno y Estado Islámico cometen crímenes contra la humanidad en Siria
Naciones Unidas publicó un desolador reporte sobre la situación de los derechos humanos en el país.
Sus habitantes viven en medio del terror provocado por el régimen y por los radicales islámicos.
La ONU acusa a las fuerzas gubernamentales de "violar como arma de guerra", impedir la atención de los heridos y el arribo de ayuda humanitaria.
El grupo yihadista Estado Islámico (EI) comete de forma regular crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en Siria, incluidas torturas, asesinatos y violaciones, según la comisión de la ONU que investiga las acciones cometidas en el país.
El informe se basa en entrevistas a 480 personas y documenta el periodo entre el 20 de enero y el 15 de julio de este año.
El texto revela como los yihadistas de EI llevan a cabo de forma regular -principalmente los viernes- ejecuciones públicas de hombres, incluidos menores de edad, acusados de colaborar con otros grupos, y latigazos públicos a mujeres que no obedecen el código de vestimenta del grupo y "osan" salir a la calle con su pelo o su rostro al descubierto.
A menudo, los milicianos de EI obligan a los transeúntes, incluidos los niños, a presenciar las ejecuciones, que normalmente se concretan mediante decapitaciones o tiros en la cabeza.
Los cuerpos de los ejecutados, muchas veces crucificados, se dejan a la vista del público durante tres días, como un método de aterrorizar a la población local.
La comisión, presidida por el profesor brasileño Paulo Sergio Piñeiro, considera que EI ha cometido crímenes de guerra al ejecutar a individuos sin el proceso judicial correspondiente, y crímenes contra la humanidad por no enterrarlos según los credos que procesaban.
Grupo fortalecido
Se ha podido constatar que el grupo yihadista recluta y entrena militarmente a niños de hasta 10 años y "argumenta que los educa", afirma el texto, que indica que los menores forman parte activa de los combates, "incluidas las misiones de ataques suicidas".
El informe deja claro que los recientes logros militares de EI en Irak han reforzado su posición en Siria "tanto material como psicológicamente".
"Mucho mejor organizado y financiado gracias a la toma de considerables recursos y equipamiento militar en Irak, el grupo ha consolidado su control sobre amplias áreas de la provincias del norte y el este de Siria, en particular Dayr az Zawr", añade.
"EI lucha cada vez más contra otros grupos armados, y en menor medida, a fuerzas gubernamentales", afirma.
El informe destaca que más allá de atraer a combatientes extranjeros, sobre todo desde que se autoproclamó un califato islámico, el grupo capta a un número creciente de sirios, especialmente tras las alianzas con tribus locales en las provincias de Ar Raqqah, Al Hasakah y Dayr az Zawr.
"Para mitigar el descontento popular sobre sus radicales métodos de gobierno, EI ha adoptado una estrategia basada en el establecimiento del orden a través de una combinación de brutalidad y el abastecimiento de servicios esenciales, incluidos seguridad y trabajo", anota el informe.
Sobre el régimen de Al Asad
La comisión de Naciones Unidas también acusó al régimen de Bachar al Asad de cometer "masacres" de forma delibera, al atacar consciente e indiscriminadamente áreas habitadas por civiles.
"De enero a julio, cientos de hombres, mujeres y niños fueron asesinados cada semana por los disparos de misiles y bombardeos indiscriminados en áreas habitadas por civiles. En algunas instancias hay claras evidencias de que encuentros de civiles fueron deliberadamente tomados por objetivo, provocando masacres", según el texto, que detalla el empleo de cloro al menos ocho veces por parte de las fuerzas gubernamentales, y recuerda que su almacenamiento y utilización están totalmente prohibidos.
Asimismo, la comisión acusa al Gobierno sirio de continuar obstruyendo la entrega de asistencia humanitaria, una práctica que usa como arma de guerra.
El informe refleja como soldados gubernamentales situados en los puestos de control impiden que civiles heridos lleguen a los hospitales y bloquean la entrada de material quirúrgico esencial.
El texto describe como los centros sanitarios continúan siendo objetivos militares del Gobierno.
Utilización de menores
La comisión presidida por el profesor Paulo Sergio Piñeiro acusa al régimen de Al Asad de torturar y asaltar sexualmente de forma sistemática a los prisioneros antes de matarlos, un práctica se extiende a niños de 12 años, como ocurrió en un caso documentado en 2013 en Damasco, el de un menor que falleció tras ser arrestado y torturado.
"El número de reos muertos en custodia en lo centros de detención gubernamentales en Damasco ha aumentado", explicita el informe, que también acusa a las fuerzas gubernamentales de "violar como arma de guerra", y recuerda que esta práctica constituye un crimen contra la humanidad.
Se ha documentado que las fuerzas gubernamentales utilizan a menores de entre seis y 13 años como miembros de sus operaciones de coordinación militar para localizar milicianos antes de atacar.
"La ley internacional y la ley humanitaria prohíbe el uso de niños en combate y roles de apoyo. Reclutar niños menores de 15 años es un crimen de guerra", recuerdan los expertos.