Papa Francisco promueve debate abierto sobre divorcio y concubinato
"La Iglesia no puede encerrarse en supuestas interpretaciones del dogma", dijo.
Este domingo se inauguró en Roma un Sínodo de Obispos sobre la Familia, donde estos temas serán discutidos.
"Muchísimos jóvenes prefieren convivir sin casarse. ¿Qué debe hacer la Iglesia? ¿Expulsarlos de su seno o, en cambio, acercarse a ellos? Yo estoy con esta última posición", afirmó.
El papa Francisco adelantó que el divorcio y las nuevas costumbres de la juventud serán algunos de los temas que se analizarán en la recién inaugurada III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de Obispos sobre la Familia.
"¡La familia es un tema tan valioso, tan caro para la sociedad y para la Iglesia!", expresó el papa en una entrevista exclusiva que publicó este domingo el diario argentino La Nación.
"Se ha puesto mucho énfasis sobre el tema de los divorciados. Un aspecto que, sin duda, será debatido, pero para mí un problema también muy importante son las nuevas costumbres actuales de la juventud: la juventud no se casa", dijo Jorge Bergoglio al medio.
"Muchísimos jóvenes prefieren convivir sin casarse. ¿Qué debe hacer la Iglesia? ¿Expulsarlos de su seno o, en cambio, acercarse a ellos, contenerlos y tratar de llevarles la palabra de Dios? Yo estoy con esta última posición", afirmó.
Francisco remarcó que el mundo ha cambiado y "la Iglesia no puede encerrarse en supuestas interpretaciones del dogma".
"Tenemos que acercarnos a los conflictos sociales, a los nuevos y a los viejos, y tratar de dar una mano de consuelo, no de estigmatización y no sólo de impugnación", enfatizó.
El placer de polemizar con los conservadores
Consultado por el libro –recientemente dado a conocer- firmado por el cardenal alemán Ludwig Müller y otros cuatro prelados en el que se critica la posición del papa de abrirse a la posibilidad de que católicos divorciados puedan acceder al sacramento de la comunión, Francisco aseguró que no le molesta, ya que "todos tienen algo que aportar".
"A mí me da hasta placer discutir con los obispos muy conservadores, pero bien formados intelectualmente", confidenció.
"Yo fui relator del sínodo de 2001 y había un cardenal que nos decía qué debía tratarse y qué no. Eso no pasará ahora. Hasta les entregué a los obispos la facultad que tengo de elegir a los presidentes de las comisiones. Los elegirán ellos, como elegirán los secretarios y los relatores", contó.
"Ésa es la práctica sinodal que a mí me gusta. Que todos puedan decir sus cosas con total libertad. La libertad es siempre muy importante. Otra cosa es el gobierno de la Iglesia. Eso está en mis manos, después de las correspondientes consultas", subrayó.