Alta incertidumbre marca última semana antes de elecciones en Uruguay
El ex presidente Tabaré Vázquez lidera en las encuestas, pero no ganaría en primera vuelta.
El oficialista Frente Amplio aparentemente perderá sus mayorías en el Senado y la Cámara.
Vázquez -quien gobernó entre 2005 y 2010- se enfrentaría en el balotaje al diputado Luis Lacalle Pou, del conservador Partido Nacional o "Blanco".
Más de 2,6 millones de uruguayos están convocados a las urnas el domingo 26 de octubre para elegir a su futuro presidente entre siete candidatos y definir la integración del Parlamento, en unas elecciones con sufragio obligatorio y que de manera casi segura tendrán una segunda vuelta presidencial.
Según todas las encuestas el ex presidente Tabaré Vázquez (2005-2010), de la gobernante coalición de izquierda Frente Amplio, será el más votado. Las encuestas le asignan el 43 por ciento de preferencia, pero no llegaría al 50 por ciento necesario para ganar la presidencia en la primera vuelta.
En segundo lugar se ubica el diputado Luis Lacalle Pou, del conservador Partido Nacional o "Blanco", principal fuerza de la oposición, con un poco mas del 30 por ciento, y bastante más abajo -con alrededor del 15 por ciento- el senador Pedro Bordaberry, del Partido Colorado, tradicionalmente gobernante en Uruguay pero ahora segunda fuerza de la oposición.
Pablo Mieres es el candidato del Partido Independiente, el cuarto con representación parlamentaria, aunque solo testimonial (3 por ciento).
También aspiran a la presidencia uruguaya, pero con un apoyo de apenas el 1 Gonzalo Abella, candidato de Unidad Popular; César Vega, del Partido Ecologista Radical Intransigente y Rafael Fernández, del Partido de los Trabajadores.
Todo parece indicar que Vázquez y Lacalle Pou deberán definir el futuro presidente uruguayo en una segunda vuelta fijada para el domingo 30 de noviembre.
Quien resulte vencedor de las elecciones recibirá el mando presidencial el 1 de marzo de 2015 de manos del actual mandatario José Mujica. "Pepe" dejará la Presidencia con altos niveles de popularidad en un país donde la reelección está prohibida por la Constitución.
El mandatario, de 79 años y que arrastra problemas de salud derivados de sus años en prisión en duras condiciones antes y durante la dictadura (1975-1985), aceptó encabezar las listas al Senado de su sector, el Movimiento de Participación Popular (MPP).
Ello, según dijo, porque la probable pérdida de la mayoría parlamentaria hará que la próxima legislatura sea de "mucho diálogo y negociación", condiciones que le reconocen aún sus opositores.
Las parlamentarias
Además de votar por presidente, los uruguayos concurrirán a 6.948 circuitos de votación de todo el país para definir la integración del futuro Parlamento, formado por 31 senadores -incluido el vicepresidente de la República- y 99 diputados representantes de los 19 departamentos.
La mayor cantidad de votos se concentran en Montevideo, la capital, con 1.044.505 y bastión del Frente Amplio.
La coalición de izquierda -que agrupa una docena de partidos, entre ellos a socialistas, comunistas, marxistas, socialdemócratas, independientes y los ex tupamaros del presidente José Mujica- tiene en la actualidad la mayoría tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados pero, según las encuestas, la perderá.
La legislación uruguaya obliga a los partidos políticos a concurrir a las urnas con un solo candidato a la presidencia, definidos hace cuatro meses en elecciones internas, pero permite la presentación ilimitada de listas de aspirantes a senadores y diputados.
Así, los distintos grupos y sectores que respaldan a los diferentes candidatos están presentes en las calles del país con banderas y carteles con los colores y números que identifican sus propuestas.
A ello se suman las músicas y videos elegidas para promocionar cada candidatura, y que se repiten sin cesar en canales de televisión, radios y zonas públicas.
Las elecciones presidencias y legislativas han sido separadas de los comicios departamentales que se celebrarán en mayo del próximo año.
Baja a la edad de imputabilidad penal
Los uruguayos deberán también definir sobre un proyecto de reforma de la Constitución para bajar de 18 a 16 años la edad de imputabilidad penal para los menores que cometan delitos graves.
El tema divide en dos a la población, independientemente de la preferencia política, aunque el mayor apoyo está en los sectores conservadores.
La seguridad pública es la principal preocupación de los uruguayos y fue el tema que generó las mas fuertes discusiones en la campaña electoral.