Música chilena, electrónica y rock clásico marcaron Lollapalooza 2015

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Autor: Cooperativa.cl

127.000 asistieron a la cita, según la organización.

Hubo menos público que el año previo, pero se registraron llenos en numerosos shows.

 Lollapalooza - Carlos Müller)

Kings of Leon fueron una de las bandas encargadas de cerrar el festival.

Un recorrido amplio y diverso por sonidos nacionales, la electrónica más actual y algunos fuertes resabios de rock clásico fueron la tónica del Festival Lollapalooza 2015, que cerró su quinta edición en la noche del domingo con un total de 127.000 asistentes, según cifras de la organización en un primer balance (las conclusiones oficiales se darán a conocer este lunes).

Una cifra inferior a la conseguida el año 2014 (cuando batieron su propio récord con 160.000 espectadores), pero que mantiene a Lollapalooza como uno de los eventos de entretenimiento más convocantes del país.

Un cartel de vocación menos masiva que en años previos (con falta de cabezas de cartel que atrajeran largas masas de público) y el mayor precio de las entradas pueden haber sido causas de la merma en la asistencia, aunque eso quedará al análisis de la productora Lotus y Perry Farrell, los responsables del festival, con miras a la nueva edición que tendrá lugar dentro de un año.

Una jornada diversa

Como ya es costumbre, a las once de la mañana se abrieron las puertas al escaso público que a esa hora esperaba en las inmediaciones del Parque O'Higgins. 

Quique Neira abrió el show ante unas mil personas, con un repertorio basado en su historia solista y que incluyó también varias canciones de Gondwana. La música chilena continuó con Coffeehouse (y sus composiciones en inglés) y la entrega contestataria de Portavoz (quien dedicó su presentación a "los hermanos de clase" que no pudieron estar ahí porque no tenían dinero para la entrada). Mosquitas Muertas y Fármacos fueron otros de los nacionales que hicieron lo suyo en esas tempranas horas de festival, donde Astro y Pedro Piedra se convirtieron en los exponentes criollos más aplaudidos, junto a la experiencia y solidez de Yajaira, que llegó algunas horas después.

El factor ska

Pese al férreo calor, que no dio tregua durante todo el fin de semana, unas veinte mil personas bailaron al ritmo punk y ska de The Specials, uno de los momentos más altos de esta edición. Lo mejor de un repertorio conformado en una larguísima trayectoria llegó junto a una explosión de energía que no se condice en nada con las avanzadas edades de los miembros del grupo. Tal como les suele ocurrir alrededor del mundo, el joven público de Lollapalooza se rindió ante su poderío rítmico y alegre. 

La banda inglesa Alt-J dio continuidad al entusiasmo con un setlist que fue apoyado por una multitud fiel, que llegó a disfrutar de su show en uno de los dos escenarios principales. Pero lejos la agrupación más coreada de la tarde fueron los también británicos Bastille, quienes desplegaron los éxitos de su premiado álbum "Bad Blood", esfuerzo único que en los últimos dos años los ha situado entre las agrupaciones internacionales más populares.

Sólida fue también la presentación de Kasabian, otra banda inglesa que está en la cresta de la ola por estos días en Europa (pese a llevar más de una década haciendo música y sumar cinco discos). Energía, desfachatez y consistencia que saldaron la deuda que el grupo tenía con sus seguidores chilenos, tras la cancelación de 2012 producto de la enfermedad de su guitarrista. 

A eso de las 7.30 de la noche una ovación recibió la presencia de Robert Plant junto a su banda, que con su sonido clásico, una voz aún potente y un despliegue impecable hizo vibrar a la audiencia, repasando canciones de su elogiado álbum "Lullaby and... The Ceaseless Roar "(2014) y algunas creaciones épicas de Led Zeppelin, lo más esperado y aplaudido por la gente.

Los puntos bajos

Además de la merma en la cantidad de público general, o quizás motivado también por ésta, hubo algunos shows que se desarrollaron ante una corta audiencia, como Mass Mental, el proyecto de Robert Trujillo, bajista de Metallica, lo cual resulta extraño dados los créditos de su nombre.

Decepción trajo también la baja a última hora de la banda africana Tinariwen, que se sumó a las cancelaciones de Power Peralta, NOFX y Jorge González. 

Los problemas de sonido del sábado en el Coca Cola Stage, que afectaron mayoritariamente a Molotov y Skrillex, no fueron tan notorios en la segunda jornada y final, pero aún dejaron un mal sabor de boca a muchos.

Discoteque y guitarras

Para cerrar la edición 2015 de Lollapalooza la electrónica volvió a tener un lugar fundamental, tal como había ocurrido el día previo. El popular DJ Calvin Harris convirtió la explanada en una pista de baile al más puro estilo de los festivales europeos, con un set que atrajo más público que su colega Skrillex la noche previa y que fue acompañado también por un show de luces más imponente.

En el Movistar Arena, entre tanto, la banda de hip hop Cypress Hill realizó un completo repaso por todos sus éxitos en un concierto que tuvo bastante cercanía con el público. Allí, B-Real apareció con un cigarrillo de marihuana sobre el escenario, mientras sonaba "I want to get high", lo que desató la locura de las casi 10 mil personas.

Más tarde, el electrohouse de Major Lazer desataba la locura total de unas doce mil personas, que despidieron bailando y sudando el fin de semana de música actual. 

La banda neoyorkina Interpol hizo lo propio en el mucho más reducido escenario Acer, hasta donde llegaron sus fanáticos más férreos, agotados pero entusiastas pese a la hora, por escuchar en vivo algo de su más reciente disco, "El Pintor" y algunos de sus temas más populares. 

El rock de raíz clásica de Kings of Leon puso el candado al evento, que trajo a Chile en el momento preciso a algunos de los nombres más en boga y aplaudidos de la escena internacional, pero que redujo su capacidad de convocatoria en comparación con sus ediciones anteriores.