Tailandia: La pesadilla de los extranjeros que invierten en Phuket
El británico Ian Rance y el irlandés Colin Vard lo perdieron prácticamente todo a través de fraudes.
Encontraron dificultades para obtener ayuda de la policía o el sistema judicial.
Phuket se ha convertido en un imán para jubilados extranjeros.
Los mares brillantes y cálidas playas de Phuket en Tailandia son un imán para los turistas que buscan sol y, cada vez más, para extranjeros que buscan una jubilación cómoda y rentable.
Más de 100.000 extranjeros se han asentado en la isla... aunque algunos ahora se arrepienten.
El británico Ian Rance y el irlandés Colin Vard lo perdieron prácticamente todo y ahora viven con sus hijos en las afueras de Bangkok, luchando por mantener viva la pequeña probabilidad de recuperar las propiedades que compraron en Phuket.
Ambos perdieron todas sus inversiones a través de fraudes que ninguno de ellos imaginaba eran posibles.
"Yo había acumulado mi dinero en Inglaterra y tenía suficiente para jubilarme, pensé. Estaba buscando un lugar que fuera cálido, un lugar que tenía un poco de estado de derecho, en el que podía vivir en la seguridad y la paz", dice Rance, quien llegó a Phuket en 2000.
En 2001 conoció y se casó con una mujer tailandesa llamada Suda, con la que tuvo tres hijos.
El primer ministro de la época, Thaksin Shinawatra, había comenzado un programa llamado "Tailandia Elite", a través del cual esperaba atraer extranjeros ricos al permitirles tener pequeñas cantidades de tierra, algo que normalmente no era permitido por la legislación tailandesa.
Animado por esto, Rance comenzó a invertir en propiedad, comprando dos casas, y, finalmente, un restaurante y dos terrenos adicionales.
Pero el esquema de Tailandia Elite nunca despegó, así que al final hizo lo mismo que miles de otros extranjeros: puso las propiedades a nombre de su esposa y de una empresa que había fundado anteriormente para llevar a cabo su negocio de consultoría.
A nombre de la esposa
La casa de la familia estaba a nombre de su esposa, pero arrendada a él mediante un contrato de 30 años.
La compañía era nominalmente de propiedad tailandesa pero Rance, como director, tenía la mayoría de los derechos de voto, nada podía sucederle a los activos de la compañía sin su aprobación.
Pero sin que él lo supiera, en julio de 2008 Suda comenzó a transferir las propiedades de la empresa.
En septiembre también sacó a Rance de la junta directiva de la misma.
En teoría, nada de esto debería haber sido posible.
En la práctica, todo lo que tuvo que hacer fue falsificar la firma de su marido.
Poder falsificado
La Oficina de Tierras en Phuket, donde se fomalizaron las transferencias de propiedad, estuvo dispuesta a aceptar un sencillo poder notarial falsificado de Rance para cambiar la titularidad de propiedades por valor de cientos de miles de dólares y cancelar el contrato de arrendamiento por 30 años de su casa.
Para cambiar el control de la empresa la firma falsificada tuvo que ser notarizada por un abogado, pero eso no presentó ningún problema.
Un abogado local lo hizo de buena gana, sin estar Rance presente.
Cuando la BBC confrontó al abogado, éste admitió que la firma era suya, pero afirmó que era una práctica normal en Phuket.
El Consejo de Abogados de Tailandia ha dicho a la BBC que esto no es cierto, que se trata de una grave violación de su código de conducta.
Pero los intentos de Rance por demandar al abogado no han llegado a ninguna parte.
El británico solo descubrió el fraude en julio de 2010, cuando estaba revisando la situación de impuestos de su empresa.
Descubrió que las cinco propiedades, por valor de más de 1,5 millones de dólares, habían sido robadas.
Pesadilla
Lo que comenzó entonces fue, dice, un período pesadillesco para él.
Su esposa se escapó.
Cuatro hombres entraron en su casa y amenazaron con quitarle su vida si él no salía de Phuket.
Su esposa lo llamó por teléfono y le dijo que iban a secuestrar a los niños si no abandonaba la casa inmediatamente.
Los asesinatos no son infrecuentes en Phuket, y Rance decidió huir a Bangkok con sus tres niños.
"Fue un terrible, terrible momento. Realmente no tuve tiempo, pensando que me iban a matar, o que iban a secuestrar a los niños.
Mi primera preocupación fue proteger a la familia, tratar de obtener algunas pruebas, y conseguir un abogado tan rápido como fuese posible".
La evidencia que Rance ha amasado es asombrosa. Documento tras documento muestran al mismo agente inmobiliario y a dos prestamistas, transfiriendo entre ellos las propiedades de su ex esposa en una especie de empeño, en el que ella en efecto estaba pidiendo dinero prestado a tasas astronómicas de interés, utilizando las propiedades como garantía.
Perjurio
Rance cree que ella fue presionada por familiares para recaudar el dinero. Cree que recibió sólo una fracción del valor de las propiedades. Fue detenida en 2010, y ahora está cumpliendo una pena de prisión de cuatro años.
Pero nada le ha sucedido a cualquiera de las otras partes vinculadas al fraude pese a que Rance ha presentado nueve demandas penales y civiles en contra de ellos.
Peor aún, uno de los prestamistas denunció a Rance por perjurio, alegando que él sabía sobre el fraude desde el principio. Esto llevó a que le confiscaran el pasaporte, quien ahora tiene que reportarse todos los meses a la policía en Phuket.
Durante cinco años Rance estima que ha gastado el equivalente a 300.000 dólares en honorarios de abogados y otros costos relacionados con la batalla legal.
El único caso que ha ganado resultó en el encarcelamiento de su ex esposa y la restauración de su puesto como director de empresa.
Sin embargo, el mismo juez dictaminó que no tenía derecho a demandar a los prestamistas por las propiedades robadas, ya que en ese momento no era director de la empresa.
Rance ha contratado a cinco abogados, algunos de los cuales, asegura, han saboteado deliberadamente sus casos.
"Hay muchos extranjeros que tienen casos presentados similares a Ian Rance", dice Surin Bumrungphol, que encabeza la red de lucha contra la corrupción de Phuket.
"En muchos casos, los abogados que contratan en realidad trabajan para la otra parte, por más dinero. La razón por la que la mayoría de ellos pierden es debido a abogados corruptos e incompetentes".
Desesperación
Desde que empecé a trabajar en esta historia un número de extranjeros me han contactado para decirme acerca de su experiencia con diferentes tipos de fraude en Phuket.
Colin Vard también invirtió alrededor de 1,5 millones de dólares en Phuket, después de una exitosa carrera en Dublín como autor y co-propietario de una fábrica de ropa.
Perdió un total de ocho propiedades, durante un período de tiempo similar. En algunos casos los mismos prestamistas que explotaban a la esposa de Rance estaban involucrados.
La pareja tailandesa de Vard, la madre de su hijo, ha sido condenada a 17 años de prisión por el fraude, pero la evidencia que muestra la participación de otras personas ha sido ignorada por la policía. Vard ha acusado a algunos policías en Phuket de la manipulación de sus denuncias penales mediante la eliminación de las pruebas de sus archivos.
En su desesperación, en marzo de este año Vard fue con sus dos hijos a la sede principal de un banco tailandés que él cree está conectado con el fraude, y montó una protesta ahí.
Ha hecho lo mismo a las afueras de la sede de la policía en Bangkok, bloqueando el tráfico.
Cada vez se le ha prometido una investigación adecuada.
Pero después de cinco años, no ha habido ningún progreso visible. La policía tailandesa le aseguró a la BBC que se está trabajando en su caso.
El vicegobernador de Phuket también le dijo a Vard y a la BBC en febrero que el caso se examinaría, pero hasta la fecha no ha pasado nada.
Sin defensa
Ian Rance tiene una nueva esposa ahora, y una niña de corta edad.
Su principal prioridad, dice, es proporcionar un hogar adecuado para sus cuatro hijos.
Con la madre de los chicos en la cárcel, y sus fondos agotados, esto es un enorme desafío.
Le pregunté qué le diría a aquellos que están considerando retirarse y comprar una propiedad en Phuket.
"No. No vengan aquí. El sistema legal no es tan fuerte como se piensa, no hay protección y hay pandillas buscando aprovecharse de uno".
Miles de extranjeros se han establecido en Phuket sin graves dificultades.
Pero si las cosas salen mal, pueden encontrar dificultades para obtener ayuda de la policía o el sistema judicial.