Religiosa relató caso por el cual fue expulsada de la Iglesia Católica por Ezzati
Pablina Celedón recordó el caso que vivió en 2011, cuando fue acusada de encubrir abusos sexuales.
Pablina Celedón relató su caso en Una Nueva Mañana.
La hermana Pablina Celedón, de la congregación Purísimo Corazón de María, acusada en 2011 de encubrir casos de abusos sexuales en el Hogar San Francisco de Regis, donde era directora, recordó el caso por el cual fue absuelta por la justicia pero que provocó su expulsión por parte del cardenal Ricardo Ezzati.
En conversación con Una Nueva Mañana de Cooperativa, la religiosa acusó que la máxima autoridad de la Iglesia Católica chilena, a quien ella acudió para pedir ayuda, le quitó el respaldo y terminó expulsada.
"Él a mí no me deja volver a la Congregación ni trabajar en nada de la Iglesia, por eso digo que me expulsó, porque no puedo hacer nada. Al principio me acogieron las religiosas porque me conocían, yo tenía cargos en las religiosas chilenas y dijo que no, que era imposible, porque yo hacía daño si estaba en las congregaciones", afirmó Celedón.
"El que me tenía que llamar es él (Ezzati), porque como obispo de Santiago y yo pertenezco a una congregación chilena, es la principal autoridad que tenemos la religiosas que somos nativas y él nunca me ha llamado más y si él no tiene deseos de hablar conmigo porqué lo voy a obligar", añadió.
El inicio de la historia
La intrincada historia en la que se vio envuelta la hermana Celedón comenzó cuando recibió en la Congregación al sacerdote diocesano Manuel Hervia, quien llegó al lugar sin tener un lugar donde dormir.
Sin embargo, posteriormente tuvo que desvincular a dos trabajadores del Hogar por orden del Sename, quienes inventaron historias, como ser amante de Hervia y de facilitarle a niñas para que fueran violadas por el religioso, lo que fue aprovechado por gente de la Iglesia para desacreditarlos.
Sin embargo, afirmó que Hervia le hizo entender las razones de esto: él había denunciado al cura Francisco Cox por haberlo visto como violaba a un seminarista, por lo que se trataría de una venganza.
Cox era cercano al cardenal Francisco Javier Errázuriz, arzobispo de Santiago en esa épocam y fue enviado a Alemania antes que el caso estallara.
Finalmente el caso llegó a la Justicia, y luego del proceso se determinó que ninguna prueba era suficiente para condenarla, pero igualmente no pudo volver a la Congregación.