¿Cómo es tomar LSD? Conoce el testimonio de un experto

Publicado:
Autor: Cooperativa.cl

En el Reino Unido se ha transformado en una de las drogas más populares.

Esta es la experiencia y advertencias de quien ha probado el químico y ha escrito sobre eso.

Los "viajes" con LSD no son tan glamorosos y fascinantes como han mostrado el cine y la literatura.

El LSD es una de las drogas más populares en el Reino Unido, particularmente entre jóvenes de 16 a 24 años. La sustancia se ha vuelto mucho más accesible de lo que era hace algunos años gracias a la difusión en internet, que posibilita incluso ordenar el químico a domicilio.

Con todo lo contrario de un afán moralista, aunque tampoco apologético del ácido, el investigador Andy Roberts, autor del libro, "Ensoñación británica: Una historia popular del LSD en Inglaterra", aceptó entregar algo de su experiencia al medio Vice, otorgando de paso algunos consejos para evitar una mala pasada a aquellos que recién se inician en el alucinógeno producto.

En primer lugar, Roberts reconoce que las personas que toman la droga por primera vez habitualmente "tienen 'bad trips' o 'malos viajes', con la sensación de ser catapultados a otra dimensión, o ver dioses, demonios y monstruos".

Curiosamente, aclara, la percepción general sobre el LSD es bastante buena, muchos tienen la sensación previa de que "verán hermosos colores y que la música sonará fantástica. Pero la experiencia real es tan diferente a la expectativa que muchos no pueden superar el salto tan rápido de un estado al otro. Es como un soldado al que le están enseñando a combatir, que de pronto se encuentra en una batalla real", segura el autor.

Un delirante debut

Andy Roberts comentó también su primera experiencia con el LSD: "tomé uno y luego de media hora no pasó nada. Así que me tomé el segundo. Otros treinta minutos después la gente me estaba sujetando, porque había perdido completamente el sentido común. Fui a la cocina y le gritaba a la gente que quería suicidarme porque había perdido la cabeza. Traté de meter mi cabeza al horno. Me arrastraron al jardín, miré al cielo y vi a unos mil guerreros de hielo sobre caballos viniendo hacia a mi. Eso me volvió loco".

"Pasé el resto de la noche con pensamientos paranoicos sobre cómo había arruinado mi vida por consumir esta droga. Tuve efectos sicológicos tras esa experiencia que duraron por un año. Si no hubiera tenido una novia que me cuidó en ese tiempo, probablemente habría terminado en un hospital siquiátrico", aseguró.

El "viaje" de Roberts fue tan intenso, explica, porque en los años setenta (cuando todo ocurrió) las tabletas de ácido contenían unos 250 microgramos de LSD y al tomar dos, él consumió 500 en una hora. Hoy las pastillas contienen como máximo 100 o 150 microgramos del químico.

Todo está en la mente

Según el experto, lo que define cómo será el "trip" con la droga es la mente del consumidor. "Todo lo que alguna vez has vivido puede volver a ti. Todo lo que está reprimido, eso sobre lo que no hablas, puede volver. Por eso lo usan en psicoterapias, porque es una buena forma de desbloquear cosas".

El consejo de Roberts para quienes están convencidos de tomar la droga (y a quienes nadie hará cambiar de opinión), es tratarla con respeto. Dicho esto, asegúrate de que no estás estresado o con problemas emocionales, porque con el LSD se van a magnificar cien veces".